Txeroki, un trámite raudo y silencioso
El etarra se negó a declarar, por lo que su comparecencia duró 45 minutos
Garikoitz Aspiazu, Txeroki, que fue jefe del aparato militar de la banda terrorista ETA hasta su detención en noviembre de 2008, cumplimentó el trámite para el que Francia lo ha entregado durante cinco días en algo menos de tres cuartos de hora.
En ese tiempo visitó dos juzgados de la Audiencia Nacional, le notificaron los autos de procesamiento de cinco de las 21 causas que tiene pendientes en España y se negó a declarar sobre los hechos que se le imputan e incluso a firmar los documentos que recogían esa negativa. También dio tiempo a que se celebraran las vistillas para...
Garikoitz Aspiazu, Txeroki, que fue jefe del aparato militar de la banda terrorista ETA hasta su detención en noviembre de 2008, cumplimentó el trámite para el que Francia lo ha entregado durante cinco días en algo menos de tres cuartos de hora.
En ese tiempo visitó dos juzgados de la Audiencia Nacional, le notificaron los autos de procesamiento de cinco de las 21 causas que tiene pendientes en España y se negó a declarar sobre los hechos que se le imputan e incluso a firmar los documentos que recogían esa negativa. También dio tiempo a que se celebraran las vistillas para acordar su prisión preventiva en todas las causas.
A las 11.10, Txeroki ya había realizado todos los trámites para los que se habían reservado cinco días y los jueces centrales 1 y 2, Santiago Pedraz e Ismael Moreno, respectivamente, dictaron sendas resoluciones en las que ponían al terrorista a disposición de la policía para que pueda ser devuelto a la justicia francesa.
El etarra -que vestía un polo gris, camiseta verde militar y pantalón de montaña- se mostró en todo momento como ausente, como si los trámites no fueran con él. Contestó brevemente en euskera: "Ez, ez" (no, no) cuando le ofrecieron declarar para rectificar o desmentir los hechos que figuran en los autos de procesamiento y no reaccionó cuando le notificaron los autos de prisión.
Txeroki está acusado de varios asesinatos en grado de tentativa, lesiones terroristas y estragos, entre otros delitos, por su participación en el intento de asesinato de Eduardo Madina, actual diputado y entonces jefe de las Juventudes Socialistas; en el atentado con carrito bomba contra la teniente de alcalde de Portugalete, Esther Cabezudo; en la colocación de un coche bomba en el centro de Bilbao y en los envíos de dos paquetes bomba al presidente del Grupo Correo, Enrique Ybarra, y a María Luisa Guerrero.