Un religioso secuestra por orden de Dios un avión de Aeroméxico

José Flores, con antecedentes penales, quería advertir al presidente Calderón

Un tipo con camisa blanca, tez oscura y una Biblia en la mano que se paseaba pasillo arriba pasillo abajo es lo único extraño que algunos de los pasajeros de un vuelo de Aeroméxico procedente de Cancún y con destino al Distrito Federal observaron hasta que, ya en tierra, fueron informados de que su avión había sido secuestrado. El Boeing 737, con 104 pasajeros a bordo, tomó tierra a las 13.40 (siete horas más en la península) en el aeropuerto de México hasta que la Policía Federal resolvió el asunto con el asalto de la nave.

Ya había trascendido la noticia de que los secuestradores (que...

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Un tipo con camisa blanca, tez oscura y una Biblia en la mano que se paseaba pasillo arriba pasillo abajo es lo único extraño que algunos de los pasajeros de un vuelo de Aeroméxico procedente de Cancún y con destino al Distrito Federal observaron hasta que, ya en tierra, fueron informados de que su avión había sido secuestrado. El Boeing 737, con 104 pasajeros a bordo, tomó tierra a las 13.40 (siete horas más en la península) en el aeropuerto de México hasta que la Policía Federal resolvió el asunto con el asalto de la nave.

Ya había trascendido la noticia de que los secuestradores (que no habían logrado acceder a la cabina del piloto) amenazaban con hacer estallar el avión si no eran recibidos por el presidente de la República, Felipe Calderón, quien precisamente a esa hora tenía previsto llegar al aeropuerto desde su residencia de Los Pinos para dirigirse al estado de Campeche. Fuerzas de asalto de la Policía Federal, apoyados por un helicóptero Blackhawk, rodearon el avión de Aeroméxico e iniciaron las negociaciones. Unos minutos después, los mexicanos pudieron ver por televisión cómo los pasajeros eran liberados. Ya para entonces se especulaba con la posibilidad, que luego se confirmó, de que al menos un secuestrador era de origen boliviano.

Los primeros testimonios de los pasajeros liberados mencionaban a un solo secuestrador -el enigmático tipo de la Biblia-, ninguno habló de haber sufrido violencia ni pasado miedo. Tras la operación de asalto se pudo confirmar que el autor de la fechoría era un pastor boliviano, llamado José Flores Pereira, de 44 años de edad, que estuvo encarcelado en su país de origen por atraco a mano armada y que al parecer es tan aficionado a la mística como al alcohol y las drogas. Según contó a la policía, la idea del secuestro no fue enteramente suya, sino que vino por una revelación divina. El más allá le había informado de que un terremoto se avecinaba y quería informar personalmente al presidente de la República. También, según explicó el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, el secuestrador tuvo en cuenta la fecha. El 9 de septiembre de 2009. O sea, 9-9-9, que al revés se convierten en 666, el día del diablo.

José Flores Pereira, rodeado de policías mexicanos, es mostrado a los periodistas.AP
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