AL CIERRE

Dalí y los cerdos

Durante un periodo de su vida, en los años setenta, a Salvador Dalí le dio por identificarse con los cerdos; "con el puerco, en el buen sentido de la palabra", decía él mismo. Incluso uno de sus libros, que apareció por esos años, tiene una ilustración donde pueden verse dos versiones de él mismo contemplando un cerdo que, trabajosamente porque su escaso aerodinamismo lo lastra, vuela, o cuando menos apunta, hacia el plus ultra. En una entrevista que durante aquellos años le hizo un periodista en la televisión, Dalí explica que él es precisamente eso: un puerco que se dirige hacia el ...

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Durante un periodo de su vida, en los años setenta, a Salvador Dalí le dio por identificarse con los cerdos; "con el puerco, en el buen sentido de la palabra", decía él mismo. Incluso uno de sus libros, que apareció por esos años, tiene una ilustración donde pueden verse dos versiones de él mismo contemplando un cerdo que, trabajosamente porque su escaso aerodinamismo lo lastra, vuela, o cuando menos apunta, hacia el plus ultra. En una entrevista que durante aquellos años le hizo un periodista en la televisión, Dalí explica que él es precisamente eso: un puerco que se dirige hacia el plus ultra, porque el puerco, según la escabrosa mitología del pintor, es el único animal que nunca retrocede; aun cuando tenga que pasar encima de los charcos fétidos y las natas pestilentes que conforman su chiquero, el cerdo va siempre hacia delante. Dalí es el único, hasta donde se sabe, que ha visto esta virtud en los cerdos, porque el resto del mundo, durante toda la historia, ha considerado a este pobre animal la encarnación de todo tipo de bajezas e inmundicias; la Biblia es muy explicita con aquello de no arrojar "perlas a los cerdos" y Heráclito dijo, según Clemente de Alejandría: "El cerdo goza en el fango y el estiércol", una declaración que, por cierto, no se contrapone con la de Dalí, porque aun cuando el puerco goce con la suciedad, no retrocede. El puerco no es más que un puerco para todos excepto para Dalí y para los sino-vietnamitas, que lo consideran símbolo de abundancia y tienen incluso una imagen donde puede verse una marrana rodeada de marranitos y esto se interpreta de manera positiva, se trata de un estado de plenitud familiar y reproductiva al que la gente aspira. El pobre cerdo ha sido tan denostado a lo largo de la historia que hay religiones que prohíben comer su carne. Toda esta sustanciosa teoría del cerdo desemboca en una pregunta pertinente: ¿cómo sabía Salvador Dalí que el cerdo es el único animal que no retrocede? Sea verdad o no que el cerdo tira siempre hacia delante, siempre hacia el plus ultra, me parece entrañable el concepto en que Dalí tenía a estos animales, aunque se trate de una cochina mentira.

El puerco, según el pintor, es el único animal que nunca retrocede
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