La T-1 de El Prat empieza a perder maletas

El conflicto entre Spanair y la empresa que gestiona sus equipajes dispara las quejas de los viajeros - La aerolínea estudia romper con su proveedor

La brillante puesta en marcha de la T-1 de El Prat hace dos semanas se ha visto empañada en los últimos días por la tensión entre Spanair y Newco, que controla el 95% del handling (servicios en tierra a las aerolíneas y gestión de maletas) en la terminal. Los retrasos en la entrega de las maletas y la pérdida de equipajes han disparado las quejas de los viajeros. Si en los primeros días, según la oficina de pérdida de equipaje, las maletas perdidas en la T-1 eran unas 17 al día, el miércoles y el jueves la cifra se duplicó, hasta las 64 entre los dos días.

Los problemas tienen su...

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La brillante puesta en marcha de la T-1 de El Prat hace dos semanas se ha visto empañada en los últimos días por la tensión entre Spanair y Newco, que controla el 95% del handling (servicios en tierra a las aerolíneas y gestión de maletas) en la terminal. Los retrasos en la entrega de las maletas y la pérdida de equipajes han disparado las quejas de los viajeros. Si en los primeros días, según la oficina de pérdida de equipaje, las maletas perdidas en la T-1 eran unas 17 al día, el miércoles y el jueves la cifra se duplicó, hasta las 64 entre los dos días.

Los problemas tienen su origen en la huelga de celo que iniciaron el miércoles los trabajadores de Newco, que llevan meses con problemas para cobrar su salario. La decisión disparó durante tres días los problemas en la T-1: pérdida de maletas, demoras en las recogida y retrasos en los vuelos. La dirección de Newco paró el conflicto ayer por la tarde: pagó parte del salario a sus trabajadores (la semana que viene está previsto que perciban la totalidad) y evitó que el mal, de momento, pase a mayores.

La puntualidad de la compañía ha bajado del 90% al 60% esta semana

La recogida de maletas, cuya espera habitual oscila entre 12 y 20 minutos, ha tenido desde el miércoles repuntes de hasta dos horas, acentuados en los vuelos nocturnos, cuando hay menos personal. Y la puntualidad de los aviones de Spanair, el principal cliente de Newco, se ha resentido: sólo el 60% de los aviones han salido a la hora, cuando habitualmente lo hacen en torno al 90%.

El conflicto tiene sus raíces en soterrado enfrentamiento entre Newco y la nueva dirección de Spanair. La proveedora de servicios en tierra reclama desde hace meses un aumento de las tarifas que cobra a la aerolínea del 17,7% para "adaptarse a las cuotas de mercado", según fuentes de la compañía. Spanair considera "abusiva y sin razón" esta subida y se niega a incrementar la retribución. La compañía de handling aduce que sin ese aumento le es imposible pagar a sus trabajadores. La aerolínea, según fuentes internas, avanzó tres mensualidades (marzo, abril, mayo) para facilitar la liquidez de Newco y asegurarse el tiro ante la inauguración de la T-1. En junio, sin embargo, ha dicho basta: sólo pagará cada mes. Newco ha demorado desde entonces el pago de los salarios, lo que ha repercutido en la calidad del servicio y ha agravado el conflicto: Spanair está marcando punto por punto los incumplimientos de contrato de su proveedor de servicios para denunciarlo.El primer paso será llevar estos incumplimientos ante el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje. El segundo, según fuentes de la compañía, sería rescindir el contrato y ceder el handling a otra compañía o gestionar el servicio con personal de Spanair.

Los trabajadores de Newco se sienten, junto con los pasajeros, como víctimas del conflicto. "Nos utilizan de moneda de cambio con Spanair y no estamos dispuestos a serlo", advierte Jordi Pérez, presidente del comité de empresa de Newco. "No queremos perjudicar a los pasajeros: trabajamos para ellos".

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Los empleados de Newco combinan sus problemas de cobro con el estreno de la T-1. "La terminal es muy bonita, pero no está pensada para los trabajadores", repiten. "Hemos tenido problemas con el suministro de agua potable y el aire acondicionado, goteras en las tuberías, lavabos sin limpiar, carencia de material de oficina...", explican. La gestora AENA achaca estos fallos a los ajustes propios de los primeros días de la terminal.

El conflicto está ahora en pausa. AENA medió ayer para que los trabajadores cobraran y así ganar tiempo, a la espera de que las dos compañías se reúnan la semana que viene.La gestora no quiere más sobresaltos durante los primeros meses de vida de la T-1.

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