Unos encapuchados atracan un Vips con una escopeta y un pico de obra

Una quincena de clientes fueron testigos del asalto al local de la calle de Orense

Al milímetro. Así planificaron los cuatro hombres que asaltaron el Vips de la calle de Orense 79 (Tetuán) el robo que cometieron la madrugada de ayer. Un pico de obra y una escopeta con los cañones recortados fueron las armas que utilizaron para intimidar a los clientes y apoderarse de 4.700 euros. Y en tan sólo dos minutos y pese a que había un vigilante en el centro.

Éste es el primer atraco de estas características que sufre la cadena Vips en los últimos años. Las últimas detenciones de aluniceros, especializados en empotrar un coche contra un establecimiento, parecen haber mo...

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Al milímetro. Así planificaron los cuatro hombres que asaltaron el Vips de la calle de Orense 79 (Tetuán) el robo que cometieron la madrugada de ayer. Un pico de obra y una escopeta con los cañones recortados fueron las armas que utilizaron para intimidar a los clientes y apoderarse de 4.700 euros. Y en tan sólo dos minutos y pese a que había un vigilante en el centro.

Éste es el primer atraco de estas características que sufre la cadena Vips en los últimos años. Las últimas detenciones de aluniceros, especializados en empotrar un coche contra un establecimiento, parecen haber motivado que los ladrones hayan cambiado de forma de trabajar. Éste método, considerado robo con violencia e intimidación, causa mayor alarma social. Sobre todo, al llevar armas de gran tamaño, en especial escopetas, y estar el local con clientes.

Los ladrones se llevaron la recaudación del día, unos 4.700 euros

Los atracadores del Vips no tuvieron que utilizar en ningún momento la violencia. Bastó con que entraran cuando había sólo unos 15 clientes. Así se evitaban un posible enfrentamiento. Sabían lo que querían y cómo lo tenían que conseguir. A esa hora además se hacían con toda la recaudación del día.

Los atracadores lo tenían todo planificado como si se tratara de una película de acción. Pero ocurrió en la vida real. Un hombre de estatura media entró a las 00.50 de ayer, según el relato policial. Iba con la cara descubierta, salvo por un pequeño detalle: llevaba gafas de sol. Se dirigió directamente a la puerta de emergencia, situada a unos 70 metros de la entrada principal. Pasó por los expositores de la tienda y delante del vigilante de seguridad, que no lleva arma de fuego. Bajó una pequeña rampa que da acceso al restaurante. Ya allí, abrió la puerta y dejó entrar a sus dos compinches. Éstos, que sí iban encapuchados, llevaban las armas: el pico de obra y la escopeta. Sin mediar palabra, se dirigieron a la zona del restaurante y se apoderaron de toda la recaudación del día. En total, 4.700 euros en efectivo, según un portavoz de la Jefatura Superior de Policía.

Se volvieron por donde habían entrado, por la puerta de emergencia. En la entrada de un aparcamiento cercano estaba estacionado un todoterreno, con un conductor que les esperaba. Se montaron y huyeron a toda velocidad por el túnel que desde la calle de Sor Ángela de la Cruz lleva directamente hasta la M-30. Allí se les perdió el rastro.

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"Todo fue muy rápido. Sabían a dónde tenían que dirigirse y qué es lo que estaban buscando. Lo tenían todo muy planificado", comentaba ayer un empleado de Vips que no estuvo en el atraco. El asalto estaba muy estudiado. Era el primero de este establecimiento situado en una zona que se caracteriza por ser "muy tranquila", según reconocieron varios vecinos.

Algunos empleados explicaron que estaban muy nerviosos y que estaban trabajando de forma muy intranquila al enterarse de lo que había ocurrido horas antes. "Ha habido muchos nervios desde primera hora de la mañana. Tenemos miedo sólo de pensar que se puede repetir en cualquier momento", reconoció un trabajador.

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