Los taxis no podrán llegar hasta el hotel del Palau de la Música

El plan se aprueba por mayoría, con la abstención de ERC

El aspecto que tendrá el hotel del Palau de la Música se vio ayer por primera vez en el Ayuntamiento de Barcelona. El nuevo proyecto no tiene casi nada que ver con la maqueta original que propuso el arquitecto Óscar Tusquets. Tras las reformas impuestas por la Comisión de Patrimonio de la Generalitat y el Ayuntamiento, el hotel mantendrá el chaflán modernista (antes se suprimía) y reconstruirá la fachada que da a Sant Pere més Alt. La participación ciudadana ha determinado que el edificio no tenga aparcamiento -sólo un sótano para uso logístico del hotel- y el Consistorio irá más allá: los tax...

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El aspecto que tendrá el hotel del Palau de la Música se vio ayer por primera vez en el Ayuntamiento de Barcelona. El nuevo proyecto no tiene casi nada que ver con la maqueta original que propuso el arquitecto Óscar Tusquets. Tras las reformas impuestas por la Comisión de Patrimonio de la Generalitat y el Ayuntamiento, el hotel mantendrá el chaflán modernista (antes se suprimía) y reconstruirá la fachada que da a Sant Pere més Alt. La participación ciudadana ha determinado que el edificio no tenga aparcamiento -sólo un sótano para uso logístico del hotel- y el Consistorio irá más allá: los taxis no llegarán a la puerta y dejarán a los pasajeros en la Via Laietana.

La concejal del distrito, Itiziar González, se mostró feliz por la nutrida participación ciudadana, que ha modificado sustancialmente la faz del hotel, ahora menos agresivo y más integrado. "Hemos hecho algo maravilloso, que ha sido construir este hotel entre todos", dijo en la Comisión de Urbanismo, y destacó que las decisiones de los vecinos sobre movilidad y patrimonio son vinculantes. No todo el mundo está contento. Dos asociaciones de vecinos (la del Casc Antic y la de Barcelona Vella) entregaron en el distrito 3.500 firmas de personas que se oponen al hotel porque implicará más presión turística.

Todos los grupos, menos Esquerra, que se abstuvo, dieron su apoyo a la modificación del Plan General Metropolitano (PGM). Joan Puigdollers, de CiU, dijo que nunca tuvo reparos en apoyar el plan, aunque señaló: "Espero que las exigencias urbanísticas al Palau se extiendan a partir de ahora a todos los hoteles, porque les invito a ver lo que ocurre en Jaume I a las nueve de la mañana". Elsa Blasco, de ICV, dio el visto bueno al quedar reflejada la supresión del aparcamiento en el PGM. El popular Alberto Villagrasa se atribuyó el mérito de haber presentado objeciones al plan inicial, lo que despertó la ira de Ricard Martínez, de ERC, porque el suyo fue el único partido que se opuso al primer proyecto de Tusquets. "El Ayuntamiento se equivocó porque ahora no se tiran las fachadas y no habrá aparcamiento. Ahora se ha descubierto que el hotel afecta a la movilidad", dijo con ironía Martínez recordando sus argumentos.

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