Ópticas con cristales rotos

Las tiendas de gafas se convierten en diana de los robos violentos - Segundo asalto en Las Tablas en 10 días

A las ópticas les ha tocado la china. Seis encapuchados rompieron a mazazos la luna de uno de estos establecimientos en Arganzuela y arramblaron con 70 gafas -valoradas en 5.000 euros- a la una de la madrugada de ayer. Una hora y media antes se había registrado otro intento de robo en la óptica de Las Tablas donde los delincuentes empotraron un camión hace 10 días. La elección de este tipo de establecimientos es una cuestión más de azar que de planificación, según fuentes policiales. "Eligen joyerías, perfumerías u ópticas dependiendo de lo que les resulte más fácil atracar o de lo que se les ...

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A las ópticas les ha tocado la china. Seis encapuchados rompieron a mazazos la luna de uno de estos establecimientos en Arganzuela y arramblaron con 70 gafas -valoradas en 5.000 euros- a la una de la madrugada de ayer. Una hora y media antes se había registrado otro intento de robo en la óptica de Las Tablas donde los delincuentes empotraron un camión hace 10 días. La elección de este tipo de establecimientos es una cuestión más de azar que de planificación, según fuentes policiales. "Eligen joyerías, perfumerías u ópticas dependiendo de lo que les resulte más fácil atracar o de lo que se les ocurra ese día", asegura un mando policial.

Faltaba poco para la una de la madrugada de ayer cuando seis jóvenes descendieron de un coche todoterreno de gama alta junto a la tienda Federópticos de la calle de El Majuelo, 2. En pocos minutos rompieron el vidrio y se llevaron las gafas que encontraron en los mostradores, relata la encargada de la tienda, Eva López. Ella cree que tras los robos en las ópticas están las bandas de aluniceros. La policía no lo confirma. "Como ya no pueden robar las joyerías, roban en las ópticas", apunta la mujer. Los delincuentes se llevan gafas de marca cuyo precio supera los 100 euros.

Eva López asegura que los vecinos le relataron que a las 0.50 escucharon un ruido. Al asomarse a la ventana vieron a los ladrones y comenzaron a increparles. También llamaron a la policía, pero cuando llegó una patrulla los asaltantes ya habían huido. "Los vecinos vieron a seis jóvenes y dicen que eran españoles, por el acento. Huyeron precipitadamente y tuvieron que volver a recoger a uno de los ladrones que se habían dejado", dice Eva.

El coche en que se desplazaron hasta la óptica era robado, según una portavoz de la Jefatura Superior de Policía. Los cacos están en libertad, igual que los que hora y media antes habían asaltado otra óptica en Las Tablas, sin lograr llevarse nada.El ladrón que se acerque a Las Tablas tiene que saber a lo que se expone. Los vecinos, hartos de que día sí, día también roben en algún comercio, han decidido increpar, grabar e incluso lanzar platos a los delincuentes. Y así lo hicieron el martes con tres hombres que intentaron entrar en la óptica Ares. Ese mismo establecimiento, ubicado en el paseo de Tierra de Melide, 21, sufrió 10 días antes un alunizaje por todo lo alto. Varios hombres subidos a un camión destrozaron un escaparate y se llevaron 300 gafas por el valor de 30.000 euros.

En la noche del martes al miércoles la cosa fue más de andar por casa. Sobre las 23.30, tres hombres llegaron en un coche de alta gama a la óptica. Se bajaron, buscaron un par de alcantarillas, retiraron las tapas de hierro y con ellas golpearon el cristal del escaparate. Pero los ladrones no iban preparados para lo que seguía: un cierre metálico, que les impidió entrar al establecimiento, y los gritos de los vecinos, que les llegaron a lanzar platos desde un ático, según una empleada de la óptica.

"Esto es el pan nuestro de cada día. Desde la ventana gritamos a los ladrones: '¡Te estamos viendo, te hemos apuntado la matrícula!'. Pero les da igual", cuenta un hombre de 37 años, vecino de la finca. Relata que vio desde su ventana cómo los ladrones huían a todo gas, con las luces apagadas y el maletero todavía abierto. "En la calle estaban también otros vecinos, y tres o cuatro personas les dijeron cosas a los ladrones", asegura. Un vecino optó incluso por seguir con su coche a los delincuentes, asegura Jorge, un ciudadano rumano dueño del bar Las Sartenes. Relata que vio a los ladrones cuando sacaba la basura y que también les increpó. "Somos el hazmerreír de todo este tipo de delincuencia", se queja Alberto Ogando, propietario, junto a Marisol Ares, de la óptica asaltada. El matrimonio ha solicitado una reunión con la delegada de Gobierno. "No puede ser que haya sólo un coche de policía patrullando por la noche", se queja. La óptica ha sufrido tres robos y un intento, en el año que lleva abierta. La tienda cuenta con medidas de seguridad (cámaras, sensores, alarma, bolardos y cristales antibalas), pero los dueños han decidido retirar la mercancía cada noche.

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"En el barrio debería estar funcionando ya una comisaría", se queja Lorenzo Álvarez, portavoz de la asociación de vecinos de Las Tablas. La Delegación de Gobierno se ha comprometido a instalar una en el barrio, pero no da plazos. "Necesitamos una respuesta. No hay un solo comercio que no haya sido robado o al menos lo hayan intentado", concluye Álvarez.

Escaparate roto por los ladrones en una óptica de la calle de El Mejuelo, en Arganzuela.SAMUEL SÁNCHEZ

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