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Los autónomos aprietan a Zapatero

El colectivo, que supera los tres millones, pierde 140.000 trabajadores en 15 meses

Para empezar, un dato estremecedor: en 2008 se dieron de baja en el régimen de autónomos de la Seguridad Social 85.000 personas, a las que hay que añadir unas 55.000 entre enero y marzo. Es decir, 140.000 menos. Es un tajo muy importante para un colectivo que, antes de ese recorte, superaba los 3,2 millones de personas, una parte muy importante de la población ocupada. Por primera vez en 30 años se produce una caída de tal magnitud (sólo hubo una de 10.000 en 1991, cuando la anterior crisis), según las organizaciones, que estos días están muy movilizadas con reuniones con el presidente del Gob...

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Para empezar, un dato estremecedor: en 2008 se dieron de baja en el régimen de autónomos de la Seguridad Social 85.000 personas, a las que hay que añadir unas 55.000 entre enero y marzo. Es decir, 140.000 menos. Es un tajo muy importante para un colectivo que, antes de ese recorte, superaba los 3,2 millones de personas, una parte muy importante de la población ocupada. Por primera vez en 30 años se produce una caída de tal magnitud (sólo hubo una de 10.000 en 1991, cuando la anterior crisis), según las organizaciones, que estos días están muy movilizadas con reuniones con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro de trabajo, Celestino Corbacho, y protestonas.

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El asunto, en cualquier caso, es de tal gravedad que el Gobierno no ha tenido más remedio que abordarlo como prioritario y de una vez por todas. En anteriores crisis, cuando un trabajador se quedaba en paro, se hacía autónomo montando un negocio. Pero eso no pasa en la actual crisis por diversas razones, "como desconfianza, falta de ayudas o de créditos", según Sebastián Reyna, responsable de la Unión Profesional de Trabajadores Autónomos (UPTA), organización ligada a UGT que agrupa a unos 180.000 autónomos, y que no se manifestó el jueves ante el Congreso de los Diputados porque, a su juicio, lo que hay que hacer es presentar propuestas y porque el Congreso ya se ha comprometido a desarrollar un paquete de medidas.

Pero está en minoría. La mayoría está agrupada en la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), presidida por Lorenzo Amor, y que fue la principal agitadora de la protesta del jueves, y en la Federación Española de Autónomos (CEAT), integrada en Cepyme. También tienen representación la Confederación Nacional de Autónomos y Microempresas (CONAE) y la Asociación Nacional de Empresarios y Profesionales Autónomos (ASNEPA). Una sopa de letras que da idea de la dispersión del colectivo.

La debacle de trabajadores autónomos se ha producido principal y lógicamente en los sectores de la construcción y el transporte, lo que marca el termómetro de la economía del país. Son sectores que van y vienen y que, una vez que se recupere la economía, se podrán recuperar en mayor o menor medida. Y que, además, han hecho aflorar la figura del autónomo dependiente, es decir, que depende de un solo empleador. Otra característica es que muchos de los autónomos que se han dado de baja no se apuntan en las oficinas de empleo al paro, por lo que la cifra de desempleo podría ser más dramática.

Aunque lo que preocupa más es el comercio minorista, en el que se ha producido una caída de 25.000 negocios, y que, según las asociaciones, "son cierres definitivos" y pueden aumentar a 100.000 en el presente ejercicio. Este segmento, que suele ser de negocios familiares en los que trabaja parte o toda la familia, ha sido muy lacerado por la apertura de centros comerciales, en los que la sobreoferta de los años de euforia ha ocultado, posiblemente, los problemas que arrastraba el sector.

Se calcula que hay 1,7 millones de autónomos con uno o dos empleados, y el resto son individuales, por lo que la incidencia en el mercado de trabajo es amplia. En los últimos años se ha producido un crecimiento importante de jóvenes que se hacen autónomos en profesiones que antes eran asalariadas, lo que refuerza las reivindicaciones.

Los autónomos, que tienen todas las deventajas de los trabajadores y las de los empresarios y apenas ventajas (entre otras cosas son los que primero sufren la morosidad en los pagos), se quejan de que no ha existido una política pública planificada, además de la diseminación o descoordinación de las asociaciones y de las iniciativas tomadas en ese sentido. En un documento que entregaron al Gobierno y a los partidos políticos recogen propuestas de reformas estructurales y coyunturales en ámbitos como el laboral o el fiscal. Exigen la puesta en marcha del Estatuto del Trabajo Autónomo, ampliar el pago único a la prestación por desempleo, impulsar el empleo autónomo y el establecimiento de cuotas reducidas a la Seguridad Social.

Zapatero se comprometió a crear una mesa de trabajo. En el plazo de un mes está previsto que ya se puedan extraer conclusiones para tomar medidas o reforzar las que ya existen.

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