Sermón de 'after'

"¿Qué parece?, ¿estoy ya alta?, creo que no, todavía no, relaja, sí, ¿o estoy dormi y no me doy cuen?, es lo bue de la hier, dejas de pen, si no quie pen, no pien, y, si quieres pensar, piensas, ¡wau!", escribía José María Carrascal en uno de los monólogos interiores en clave tóxica que puntuaban Groovy, la novela con la que ganó el Nadal en 1972. Contra todo pronóstico, su herencia ha sido recogida por el mismo tándem que, hace tan sólo diez años, celebró en Atómica (1998) la parte más frívola del asunto. Con la comp...

"¿Qué parece?, ¿estoy ya alta?, creo que no, todavía no, relaja, sí, ¿o estoy dormi y no me doy cuen?, es lo bue de la hier, dejas de pen, si no quie pen, no pien, y, si quieres pensar, piensas, ¡wau!", escribía José María Carrascal en uno de los monólogos interiores en clave tóxica que puntuaban Groovy, la novela con la que ganó el Nadal en 1972. Contra todo pronóstico, su herencia ha sido recogida por el mismo tándem que, hace tan sólo diez años, celebró en Atómica (1998) la parte más frívola del asunto. Con la complicidad en la escritura del guión de Ángeles González-Sinde, David Menkes y Alfonso Albacete proponen aquí una mirada coral y enfebrecida a las transacciones químico-venéreas de una juventud en caída libre: creen haber hecho Trainspotting (1996) pero les ha salido algo más parecido a Groovy (o a Martín Vigil).