Una empresa patenta un sistema que evita que los barcos se hundan

O Bahía, Nueva Pepita, Siempre Cansina, Nuevo Pilín, Nuevo Amadorín... Todos eran barcos de unos 20 metros de eslora que naufragaron entre 2004 y 2007 y acabaron con la vida de 25 marineros. El año pasado el siniestro más grave lo protagonizó el Rosamar, que se fue al fondo cerca de Burela llevándose a tres de sus tripulantes. En la década que va de 1994 en adelante, según las estadísticas de la Xunta, las aguas gallegas registraron otros 69 hundimientos similares con 91 fallecidos. Cada uno, además de ocasionar un drama humano, recuerda lo vulnerables...

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O Bahía, Nueva Pepita, Siempre Cansina, Nuevo Pilín, Nuevo Amadorín... Todos eran barcos de unos 20 metros de eslora que naufragaron entre 2004 y 2007 y acabaron con la vida de 25 marineros. El año pasado el siniestro más grave lo protagonizó el Rosamar, que se fue al fondo cerca de Burela llevándose a tres de sus tripulantes. En la década que va de 1994 en adelante, según las estadísticas de la Xunta, las aguas gallegas registraron otros 69 hundimientos similares con 91 fallecidos. Cada uno, además de ocasionar un drama humano, recuerda lo vulnerables que son las embarcaciones frente al océano. Y Galicia, con 4.549 naves de bajura, es la comunidad autónoma con más barcos, el 40% de toda la flota española. No es extraño, pues, que una empresa gallega haya desarrollado un sistema para evitar hundimientos.

Las aseguradoras ofrecen descuentos a los armadores que lo instalen

La firma se llama Kfloat y ha estado trabajando desde 2001 en un dispositivo que dice, es único en el mundo para "cambiar las estadísticas de los accidentes", según su director, Vicente López-Perea. Funciona como un airbag que se dispara en 90 segundos. El primer barco en adquirirlo ha sido del servicio de guardacostas de la Consellería de Pesca, al que le han hecho tres agujeros a cada costado para fijar otros tantos flotadores.

En las bodegas han colocado botellas de inflado y sensores que avisan al puente de mando de la aparición de una vía de agua. Cuando esto ocurre, alarmas visuales y acústicas saltan para que el capitán active los pulsadores. De forma automática, los enormes flotadores emergen a babor y a estribor levantando el casco. El dispositivo se puede instalar en poco tiempo, tanto en buques ya construidos como nuevos, y no interfiere en sus características originales ni perjudica su velocidad.

La empresa, que ahora comienza a venderlo, realizó las pruebas en el Instituto Canario de Ciencias Marinas y ha patentado el invento en 25 países, entre ellos Japón, Canadá o Australia. Con una idea tan simple como "basarse en el principio de Arquímedes para completar la flotabilidad y la estabilidad que un barco pierde durante un accidente", quieren modernizar uno de los sectores que más sufre por accidentes. Las aseguradoras Murimar y Mutuapesca ya ofrecen descuentos del 25% a aquellos armadores que lo instalen.

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