Ataques contra periodistas y conductores y 'cócteles' a una sede del PNV

Algunos de los asistentes a la manifestación de ayer atacaron a varios periodistas, arrojaron cócteles mólotov contra un batzoki e incluso se llegaron a enfrentar verbalmente con los conductores que se vieron atrapados en el caos provocado por los radicales.

Una periodista de ETB fue atacada por un grupo de unos veinte manifestantes. Le arrebataron su cámara de vídeo y la arrojaron contra el suelo cuando tomaba imágenes de los destrozos callejeros en los alrededores de la Alhóndiga. En el mismo lugar, este grupo había intimidado primero a un fotógrafo de El Correo. El Cons...

Algunos de los asistentes a la manifestación de ayer atacaron a varios periodistas, arrojaron cócteles mólotov contra un batzoki e incluso se llegaron a enfrentar verbalmente con los conductores que se vieron atrapados en el caos provocado por los radicales.

Una periodista de ETB fue atacada por un grupo de unos veinte manifestantes. Le arrebataron su cámara de vídeo y la arrojaron contra el suelo cuando tomaba imágenes de los destrozos callejeros en los alrededores de la Alhóndiga. En el mismo lugar, este grupo había intimidado primero a un fotógrafo de El Correo. El Consejo de Redacción de ETB condenó anoche "sin paliativos" la agresión, que consideraron "un injustificable ataque a la libertad del ejercicio de la profesión periodística".

La violencia verbal no se limitó sólo a los profesionales de la información. Un vehículo fue zarandeado con su conductora dentro por los manifestantes cerca de la plaza de Bombero Echániz. "Habéis puesto en peligro mi integridad física. Creo que eso es más importante que un partido político", clamaba la conductora. En ese mismo punto, un joven fue increpado por los manifestantes cuando protestó porque su coche, aparcado, había sido utilizado por los alborotadores como barricada.

El PNV fue también objeto de las iras de los manifestantes. Hacia las 19.30, unos 30 encapuchados atacaron el batzoki que este partido tiene en la calle Tendería del Casco Viejo de Bilbao, contra el que lanzaron cócteles mólotov, que no provocaron daños personales y sólo ennegrecieron la fachada, según informó la Ertzaintza. El edificio se encuentra en obras desde hace meses y por ese motivo no había nadie en su interior.