Prisión para un teniente coronel de la Guardia Civil por supuesta corrupción

El mando está acusado de tener vínculos con una banda de narcotraficantes

Una juez de Martorell (Baix Llobregat) decretó ayer el ingreso en prisión -eludible si abona una fianza de 12.000 euros- del teniente coronel de la Guardia Civil Alfonso López Rubio por su presunta relación con una organización de narcotraficantes. Ayer quedó en libertad con la obligación de abonar el dinero antes de 24 horas.

Este jefe de la Guardia Civil es uno de los imputados por la juez, junto con un capitán y otros miembros del cuerpo, por supuestas vinculaciones con una banda delictiva a la que, entre otros hechos, se le atribuye haber robado 400 kilos de cocaína el 24 de enero d...

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Una juez de Martorell (Baix Llobregat) decretó ayer el ingreso en prisión -eludible si abona una fianza de 12.000 euros- del teniente coronel de la Guardia Civil Alfonso López Rubio por su presunta relación con una organización de narcotraficantes. Ayer quedó en libertad con la obligación de abonar el dinero antes de 24 horas.

Este jefe de la Guardia Civil es uno de los imputados por la juez, junto con un capitán y otros miembros del cuerpo, por supuestas vinculaciones con una banda delictiva a la que, entre otros hechos, se le atribuye haber robado 400 kilos de cocaína el 24 de enero de 2005. La droga estaba en un contenedor depositado en el puerto de Barcelona y bajo vigilancia de la Guardia Civil desde el 16 de diciembre de 2004, tras la alerta dada por el Departamento Estadounidense Antidroga (DEA) de la llegada del cargamento a Barcelona.

Los agentes están implicados en el robo de 400 kilos de cocaína

Las investigaciones iniciadas a raíz de la sustracción de la mercancía fueron muy lentas y laboriosas hasta que en 2006 fueron encarceladas nueve personas del grupo en Barcelona, acusadas de ser "autoras" del robo. En abril de 2006 fueron arrestadas en Alicante otras seis personas, destinatarias de los 1.077 kilos de cocaína que quedaban en el contenedor saqueado.

En febrero de 2008, la juez instructora decretó el ingreso en prisión de dos guardias civiles y un ex inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía por prevaricación, soborno y negociaciones prohibidas a funcionarios públicos y asociación ilícita, entre otros delitos. Otros cuatro guardias civiles acusados de facilitar el robo quedaron en libertad provisional con cargos.

Las pesquisas revelaron desde el primer momento la connivencia de guardias civiles y varios policías nacionales y locales con los autores del robo. La mayoría de ellos, así como los delincuentes implicados en el golpe, fueron arrestados y encarcelados a lo largo de los dos últimos años.

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Sin embargo, el colofón de la operación ha sido la decisión de la juez de imputar en el caso al teniente coronel Alfonso López Rubio; al capitán Julián S. P., destinado durante muchos años en el puerto de Barcelona; al ex inspector de policía Carlos G. R.; a un guardia civil; a dos abogados, y a un periodista del diario El Mundo.

El teniente coronel López Rubio estaba ahora destinado en la Intervención de Armas de la Guardia Civil de Barcelona, aunque anteriormente fue jefe de la Comandancia de Manresa, por lo que era de uno de los máximos responsables de este cuerpo en la provincia de Barcelona.

El capitán en la reserva Julián S. P., que anoche quedó en libertad, estuvo destinado muchos años en el puerto barcelonés. Hace unos meses, el presidente del puerto, Jordi Valls, le entregó en un acto público una placa para reconocer su labor.

El teniente coronel López Rubio oculta su rostro a la entrada de los juzgados de Martorell.MARCEL·LÍ SÀENZ

Puerta de entrada de cocaína

El puerto de Barcelona ha ido ganando protagonismo como puerta de entrada de la cocaína en España. De hecho, se ha convertido en la principal vía de acceso de cocaína que llega a España oculta en contenedores de mercancías, señalan fuentes policiales.

Una supuesta red de corrupción policial ha venido actuando en el puerto. Una grabación telefónica mostró que Javier S. Trapero, que supuestamente encabeza la red de narcotraficantes, tranquilizaba a uno de sus secuaces cuando éste se lamentaba de que el inspector jefe Antonio S. iba a dejar la policía. "No te preocupes mientras haya policías que tengan hipotecas...", fue su respuesta.

El descubrimiento de la trama se destapó hace cuatro años. En enero de 2005, la Guardia Civil pidió autorización al juez para pinchar los teléfonos de Daniel R. T., alias El Bolo , y otras personas que supuestamente estaban involucradas en tráfico de droga. Entonces empezaron a desvelarse conexiones entre policías, guardias civiles y narcos.

La parte más espectacular de esta historia se produjo el 24 de enero de 2005. Una docena de hombres abrieron el contenedor MWCU-614017-6, que estaba intervenido por la Guardia Civil desde un mes antes. Había ese día en el puerto de Barcelona miles de contenedores con carga. Pero las personas que asaltaron el citado contenedor sabían lo que se hacían y adónde tenían que dirigirse. La Guardia Civil había recibido información de la DEA según la cual el contenedor llevaba cocaína.

Vaciaron el contenedor, que supuestamente llevaba gambas congeladas. Había algo más que gambas. Los ladrones se llevaron 400 de los 1.500 kilos de droga allí guardada, que iban destinados a otra organización de narcotraficantes. Supuestamente, un guardia civil les había facilitado todos los datos.

Los delincuentes actuaron con total impunidad en una zona de acceso restringido. Localizaron el contenedor, lo abrieron forzándolo, cargaron la droga y se marcharon.

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