La 'costra' nacionalista ya tiene novela

Joan Ferran ajusta cuentas con el legado del 'pujolismo' en una obra de ficción

Hace un año, el diputado autonómico del PSC Joan Ferran provocó un gran revuelo al afirmar que era necesario arrancar "la costra nacionalista" de Catalunya Ràdio y TV-3. Pese a la polémica, Ferran no se amilana y vuelve a la carga. Esta vez lo hace con una novela: Maleïda crostra (Columna), ambientada en la política catalana.

En esta obra, ficción y realidad acaban siendo difíciles de deslindar. Así, algunos de los protagonistas de la vida parlamentaria aparecen con su nombre, como Josep Lluís Carod Rovira, mientras que otros llevan máscara. No obstante, los últimos son mu...

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Hace un año, el diputado autonómico del PSC Joan Ferran provocó un gran revuelo al afirmar que era necesario arrancar "la costra nacionalista" de Catalunya Ràdio y TV-3. Pese a la polémica, Ferran no se amilana y vuelve a la carga. Esta vez lo hace con una novela: Maleïda crostra (Columna), ambientada en la política catalana.

En esta obra, ficción y realidad acaban siendo difíciles de deslindar. Así, algunos de los protagonistas de la vida parlamentaria aparecen con su nombre, como Josep Lluís Carod Rovira, mientras que otros llevan máscara. No obstante, los últimos son muy identificables, como ocurre con el actual portavoz de Convergència i Unió, Oriol Pujol, al que el autor rebautiza como Oriol Puigdueta, además de describirlo como "un caparró amb patilles".

Por el contrario, Ferran no ha buscado una identidad literaria para Montserrat Nebrera, del Partido Popular, retratada como una mujer que ejerce una gran atracción erótica entre sus oponentes. Pero los pretendientes no tienen suerte, porque ella les echa para atrás en el libro señalando que de pequeña quería ser: santa.

En el ámbito mediático, el que sale peor parado es Antoni Bassas, del que se subraya una "incorregible tendència a pontificar". Ni siquiera Josep Cuní, quien nunca ha sido adscrito en la órbita nacionalista, se salva del tirón de orejas y aparece como un profesional que vive en una "bombolla de vanitat". Pese a alusiones como ésa, en la presentación de la novela, celebrada ayer en el Colegio de Periodistas de Cataluña, Ferran subrayó que no siente animadversión por ningún comunicador. Lo que no da por definitivamente extirpada es la famosa costra, que enmarca en la herencia del largo mandato de Jordi Pujol.

Eso sí, Ferran defiende que la situación de los medios de comunicación públicos catalanes no tiene nada que ver hoy con la de la era pujolista, aunque el nombramiento de los miembros de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) causara controversia por considerarse que atendía a cuotas partidistas.

Para él, la batalla es la misma: "Mantengo una posición de resistencia frente a los que creen que se debe hacer patria con la televisión", apuntó Ferran, partidario de unos medios de comunicación públicos "nacionales" (que den cobijo a todas las sensibilidades), pero no nacionalistas. Para lograr eso, tiene sus recetas. Por ejemplo, pidió a Mònica Terribas y Rosa Cullel, directoras de TV-3 y de la CCMA, respectivamente, un libro de estilo que defina conceptos y aclare definitivamente, entre otras cosas, si en TV-3 y Catalunya Ràdio se debe hablar de España o de Estado español.

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