Tribuna:Dinero & inversiones

Con objetivo de rentabilidad

Los fondos de rentabilidad absoluta persiguen batir un resultado concreto

El fondo BNP Paribas Euro pertenece a una clase de fondos que aunque apliquen diferentes políticas de inversión tienen algo en común: marcarse un objetivo de rentabilidad. En España se distribuyen casi 300 fondos con esa característica común y a todos ellos se les aplica el calificativo de fondos de rentabilidad absoluta.

En el caso del fondo BNP Paribas Euro el objetivo es superar la rentabilidad de las Letras del Tesoro gestionando una cartera de renta fija con duración de entre uno y tres años. Eso hace que pudiera discutirse si en realidad es un fondo de rentabilidad absoluta o de r...

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El fondo BNP Paribas Euro pertenece a una clase de fondos que aunque apliquen diferentes políticas de inversión tienen algo en común: marcarse un objetivo de rentabilidad. En España se distribuyen casi 300 fondos con esa característica común y a todos ellos se les aplica el calificativo de fondos de rentabilidad absoluta.

En el caso del fondo BNP Paribas Euro el objetivo es superar la rentabilidad de las Letras del Tesoro gestionando una cartera de renta fija con duración de entre uno y tres años. Eso hace que pudiera discutirse si en realidad es un fondo de rentabilidad absoluta o de renta fija a corto plazo. El marcarse un objetivo de rendimiento hace que en la clasificación Lipper Global aparezca dentro del primer grupo.

Aunque pueda parecer un objetivo fácil de conseguir (el de batir en rentabilidad a las letras del Tesoro) no lo es tanto cuando la atención se centra en que la duración de la cartera puede alargarse hasta tres años, algo que da margen para tener grandes aciertos o errores (la duración es una especie de vida media restante ponderada de las emisiones de renta fija).

Según Marta Raga, gestora del fondo, "la cartera está siempre formada por deuda publica española, bien sea del Tesoro, de las comunidades autónomas o de organismos oficiales, cuyas emisiones de deuda pueden considerarse riesgo público". "El mayor margen de gestión viene, por tanto, de hacer cambios en la duración dentro de los límites que impone el reglamento del fondo".

La gestión es muy prudente, aunque afirma que en ocasiones han llegado a "alargar la duración de la cartera hasta los dos años y medio" (para hacerse una idea de cómo esto puede afectar a la rentabilidad del fondo hay una regla aproximada, si los cambios no son muy grandes, se dice que el precio de un bono con una duración de 2,5 años sube o baja un 2,5% cuando la rentabilidad del bono baja o sube un 1%; y esos movimientos en el precio de los bonos es lo que luego se refleja en el cálculo de su valor liquidativo).

Justamente la gestión adecuada de la duración es lo que ha sido, según la gestora del fondo, el principal acierto este año que empezó "con una duración de 2,5 años, reducida a 1,5 años nada más comenzar el año para después volver a elevarla durante el verano". Eso quiere decir, según Marta Raga, "que la caída de precios de la deuda que se produjo a partir del mes de febrero cogió al fondo muy bien posicionado y a la defensiva".

Aunque en el verano volvió a incrementarse la duración de la cartera del fondo, "hubiéramos debido alargarla algo más para beneficiarnos de la nueva bajada de las rentabilidades", comenta Marta Raga.

Acertar en la gestión durante 2009 equivaldrá a saber moverse eligiendo cuál de estos dos elementos va a prevalecer en cada momento: el incremento de la deuda pública o la atracción del activo libre de riesgo, que es como se conoce a la deuda pública.

Las comisiones y gastos anuales (TER) que la gestora carga al fondo ascienden al 0,87% sobre el patrimonio, por debajo, por tanto, de la media de gastos de la categoría de fondos de rentabilidad absoluta.

Juan Ignacio Crespo es director europeo de Thomson Reuters

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