Urbe se anima con el sorteo de vivienda protegida

El sorteo del Instituvo Valenciano de la Vivienda de la Generalitat para adjudicar vivienda protegida en Feria Valencia se convirtió ayer en uno de los pocos estímulos de Urbe, el certamen inmobiliario que hoy se clausura en Feria Valencia. Con un sector afectado de lleno por la crisis, que se ha traducido en una reducción significativa de la oferta tanto en número de expositores como de productos, Urbe registró ayer una afluencia mayor de público que en días anteriores. Sin aglomeraciones y sin grandes colas, la gente aprovechó el fin de semana para recorrer los pasillos de los expositores en...

El sorteo del Instituvo Valenciano de la Vivienda de la Generalitat para adjudicar vivienda protegida en Feria Valencia se convirtió ayer en uno de los pocos estímulos de Urbe, el certamen inmobiliario que hoy se clausura en Feria Valencia. Con un sector afectado de lleno por la crisis, que se ha traducido en una reducción significativa de la oferta tanto en número de expositores como de productos, Urbe registró ayer una afluencia mayor de público que en días anteriores. Sin aglomeraciones y sin grandes colas, la gente aprovechó el fin de semana para recorrer los pasillos de los expositores en busca de un chollo interesante y, sobre todo, asequible. Bien por el precio, bien por las condiciones de financiación.

Pese a ello, era complicado ver caras sonrientes entre los compradores. La risa y la emoción quedaron reservadas para los agraciados con una vivienda protegida.El sorteo de 456 viviendas en Sociópolis, el nuevo barrio que impulsa la Generalitat en la pedanía de La Torre en Valencia, animó una feria inmobiliaria que está a años luz de la alegría de certámenes anteriores. Con una escenografía propia del salón nacional de Loterías -tan sólo faltaban los niños de San Ildefonso- el Instituto Valenciano de la Vivienda (Ivvsa) sorteó en público el tercer lote de pisos de Sociópolis. Un sorteo en el que se habían inscrito alrededor de 7.000 peticionarios y en el que no es requisito imprescindible estar presente para acceder a la vivienda. El propio Ivvsa se encarga de comunicar su suerte al agraciado y comprueba con posterioridad que cumple los requisitos. Luego es el comprador quien debe buscar cómo financiar la compra.

Como en otros sorteos, la fortuna hizo aflorar historias personales, como las de Jessica Cano, de 21 años, y su madre Juana, que llevaban dos años en la lista esperando que saliese su número. "El de arriba es muy grande, muy grande", decía Juana mientras besaba alternativamente a su hija y el crucifijo que tenía en la mano. Ambas no ocultaban su alegría por una adjudicación que les permitirá desbloquear una situación personal complicada e iniciar una nueva etapa en su vida.

El porcentaje de jóvenes menores de 35 años que accede a las viviendas de protección oficial se ha incrementado del 80% al 87% en el último año, según datos del Ivvsa. Y ese era el perfil mayoritario de los que ayer, unos acompañados por sus padres, otros con su pareja y otros solos, acudieron al sorteo de pisos de Sociópolis en un salón de actos, que nunca se llegó a llenar, pero del que entraba y salía la gente con regularidad.

Entre los inscritos había gente que no sabía muy bien a qué se había apuntado y otra muy informada. Como Mireia, maestra interina, que había solicitado una vivienda protegida, igual que su hermana. "Estos pisos son más asequibles de precio, el problema de la renta libre es la cuota. Hace años un piso de 40 millones de pesetas te salía a una cuota de 1.000 euros al mes y ahora con la subida de intereses uno de 30 millones de pesetas te sale por lo mismo", explicaba Mireia, que ahora paga un alquiler de 600 euros mensuales.

Sin embargo, la falta de alegría compradora no logró desanimar al presidente de Urbe, José Luis Miguel, que aseguró que "la percepción de negocio es buena" y confía en que se concrete este fin de semana un buen número de operaciones.