Caos en los autobuses de Sevilla

200 conductores faltan al trabajo en protesta por la muerte de un compañero

Unos 200 conductores de la empresa municipal de autobuses de Sevilla (Tussam) faltaron ayer al trabajo en protesta por el suicidio de un compañero. Se da la circunstancia de que el conductor muerto tenía abierto un expediente por parte de la empresa debido a su supuesta participación en los incidentes que se produjeron durante una huelga de trabajadores de Tussam en mayo de 2007. Sus compañeros relacionan el suicidio con las "presiones" que aseguran que están sufriendo los ocho trabajadores expedientados.

El paro cogió por sorpresa a la empresa y a los usuarios, que se agolpaban en las ...

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Unos 200 conductores de la empresa municipal de autobuses de Sevilla (Tussam) faltaron ayer al trabajo en protesta por el suicidio de un compañero. Se da la circunstancia de que el conductor muerto tenía abierto un expediente por parte de la empresa debido a su supuesta participación en los incidentes que se produjeron durante una huelga de trabajadores de Tussam en mayo de 2007. Sus compañeros relacionan el suicidio con las "presiones" que aseguran que están sufriendo los ocho trabajadores expedientados.

El paro cogió por sorpresa a la empresa y a los usuarios, que se agolpaban en las paradas desde primera hora de la mañana sin saber qué ocurría. Algunos afirmaban llevar más de una hora esperando el autobús, mientras veían pasar de largo los vehículos fuera de servicio. La única explicación oficial se leía en los paneles informativos ubicados en las paradas, en las que la empresa advertía de que 200 trabajadores no habían ido a trabajar y pedía "disculpas" a los usuarios afectados.

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Según Tussam, durante la mañana de ayer circuló el 34% de la flota. Los que lo hacían llevaban pegado sobre la cabina del conductor un folio con un lazo negro en señal de luto "por el compañero de Tussam".

El paro de los trabajadores se trasladó a mediodía a las puertas del Ayuntamiento, donde se concentraron más de un centenar de conductores. La mayoría llevaba las manos pintadas de blanco y muchos portaban pancartas con duros mensajes en los que culpaban a la dirección de Tussam de la muerte de su compañero. El delegado de la Agrupación Sindical de Conductores (ASC), Francisco Catalán, negó que la movilización obedeciera a una huelga encubierta. "El estado de ánimo de los conductores no es el mejor para llevar un autobús con pasajeros y esperamos que los ciudadanos lo comprendan", afirmó. Los representantes de los trabajadores amenazaron también con nuevas movilizaciones si la empresa penaliza a los conductores por el paro de ayer.

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