"El campo es nuestro y queremos un cura que nos diga misa"

Los vecinos de Ribadulla rechazan negociar con el Obispado de Lugo

Era la hora de misa en Ribadulla, una parroquia del municipio de Santiso, y los vecinos optaron por llamar al sacristán y acceder al interior del templo. Allí se encontraron con el sagrario abierto, el reloj marcando la hora y la pila del agua bendita vacía y rezumando moho. Pero, como ya había sucedido el domingo anterior, no había cura. Fue un capítulo más del enfrentamiento que mantienen los parroquianos con el Obispado de Lugo a causa de la disputa de los 2.462 metros cuadrados que ocupa el campo de la fiesta.

El sábado hubo magosto, churrascada y buen ambiente hasta altas horas de ...

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Era la hora de misa en Ribadulla, una parroquia del municipio de Santiso, y los vecinos optaron por llamar al sacristán y acceder al interior del templo. Allí se encontraron con el sagrario abierto, el reloj marcando la hora y la pila del agua bendita vacía y rezumando moho. Pero, como ya había sucedido el domingo anterior, no había cura. Fue un capítulo más del enfrentamiento que mantienen los parroquianos con el Obispado de Lugo a causa de la disputa de los 2.462 metros cuadrados que ocupa el campo de la fiesta.

El sábado hubo magosto, churrascada y buen ambiente hasta altas horas de la madrugada. En el acto gastronómico se debatió sobre la conveniencia de constituir una comisión integrada por dos personas para reunirse con el obispo de la diócesis, Alfonso Carrasco Rouco, pero decidieron no hacerlo. "El terreno está muy claro que es nuestro y no tenemos nada que hablar", explicó el presidente de la Asociación de Vecinos, Jesús Sánchez. Desde el Obispado se sostiene que los vecinos están inmersos en un error "de buena fe" y dicen que no habrá misa hasta que no se produzca una reorganización de las parroquias limítrofes, porque el sacerdote titular de la aldea de Ribadulla y otras seis más, José Goyanes, se sintió "agobiado" por el enfrentamiento con los vecinos. El cura trasladó ahora el horario de la misa de Ribadulla (10.00 horas) a la parroquia de Serantes, aunque ayer tampoco hubo eucaristía, porque el sacerdote Goyanes sufrió, "o eso dicen", un accidente.

Un palco que ya no se utiliza, manzanos plantados por los vecinos, dos focos de Fenosa y restos de banderolas de la última verbena son los testigos mudos de un campo que aparece documentado, en referencia notarial, con el polígono 502 y número de finca 5004 a nombre de la Asociación de Vecinos de Ribadulla-Santiso. Un informe municipal vinculado al PXOM de Santiso, en fase de tramitación, ratifica que el terreno es de "titularidad vecinal", de la misma forma que la parte que ocupan el cementerio, la iglesia y la desvencijada casa rectoral, en total 2.070 metros cuadrados, aparecen con titularidad eclesiástica.

"¿Cómo nos pueden decir que si no cedemos el campo no hay misa?", se pregunta uno de los vecinos. "Pusieron a la venta la rectoral y había quien la comprara, pero el comprador quería el campo de enfrente y por eso el Obispado quiere la propiedad", responde otro. Pero lo que no se explican es que su sacerdote de los últimos 30 años diga que tiene miedo. "Nunca nadie se metió con él, ésta era una de las parroquias que más le rentaba, ya que tenía misa casi todos los días a ocho euros".

"El campo es nuestro y queremos un cura que nos diga misa", simplifican los vecinos. Eso sí, no les valen los sacerdotes de Campos y A Ponte, "don Andrés y don Luis", que fueron quienes leyeron el comunicado del Obispado. "Nos faltaron al respeto totalmente". "Don Andrés fue el liante, quien se comió las hostias y sacó el cáliz", espeta uno de los contertulios. "Es del Opus", remarca otro. Mientras, el joven Xoel continuará con la incertidumbre de no saber dónde recibirá su primera comunión.

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