Columna

Los banqueros también lloran

Primero lloraron los promotores y constructores. Luego lloraron los empresarios. Y ahora lloran los banqueros. La vida de los ricos se ha convertido en un baño de lágrimas y no hay hipotecas basuras en el mundo para limpiar tanto moco. Los banqueros que también lloran ahora festejaban hace unos meses que en el primer trimestre de este año -sí, de 2008- los grupos bancarios españoles obtuvieron un beneficio de más de cinco mil millones de euros, lo que equivale a un crecimiento del 10% con respecto al mismo periodo del año anterior.

El presidente de la asociación de banqueros, algunos de...

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Primero lloraron los promotores y constructores. Luego lloraron los empresarios. Y ahora lloran los banqueros. La vida de los ricos se ha convertido en un baño de lágrimas y no hay hipotecas basuras en el mundo para limpiar tanto moco. Los banqueros que también lloran ahora festejaban hace unos meses que en el primer trimestre de este año -sí, de 2008- los grupos bancarios españoles obtuvieron un beneficio de más de cinco mil millones de euros, lo que equivale a un crecimiento del 10% con respecto al mismo periodo del año anterior.

El presidente de la asociación de banqueros, algunos de los cuales se reunieron el otro día con Zapatero y fueron inmortalizados en una fotografía deprimidos y con cara de congoja, se llama Miguel Martín y el pasado 3 de mayo, también de este año -sí, de 2008-, declaró que 2007 se cerró para la banca con éxito, "siguiendo una serie de años excelentes y que permite ver con tranquilidad el futuro". No era para menos el optimismo. La banca, dijo él, cerraba el ejercicio con unos 19.000 millones de euros de beneficios, lo que suponía un incremento de casi un 20% con respecto a 2006, año en el que ya obtuvieron cerca 16.000 millones de euros.

Si me cuadran los números mejor que le cuadran últimamente a los bancos, desde 2006 y hasta el primer trimestre de 2008 la banca española ha tenido unos beneficios de 29.784 millones de euros. La cantidad no deja de ser curiosa, ya que es prácticamente idéntica al fondo mínimo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado que aportará el Estado para comprar activos a los bancos con el fin de inyectar liquidez al sistema y facilitar el crédito a empresas y ciudadanos.

O sea, el Estado va a aumentar su deuda hasta alcanzar el 42% del Producto Interior Bruto (PIB) del país para apoyar a la banca española en la misma cantidad de dinero que ganaron estos mismos bancos en poco más de dos años. Que me perdonen el Gobierno, los economistas, la globalización y el sistema financiero, pero no terminó de entenderlo. Me siguen ustedes perdonando por el atrevimiento, fruto, seguro, de mi ignorancia económica, pero tengo una duda: ¿Dónde están, entonces, esos millones de euros de beneficio?

"En esos mismos años excelentes de la banca", por utilizar la terminología del presidente de los banqueros, el crecimiento del euríbor que se aplica a la mayoría de las hipotecas en España fue tan espectacular como los beneficios de las entidades financieras. Del 2,8% ha pasado al 5,5%, lo que ha duplicado el pago de la hipoteca media de las familias hasta situarla por encima de los 1.100 euros al mes (para una hipoteca tipo de 150.000 euros a pagar en 25 años, las últimas son peores). Todo ello, a pesar de la última ayuda del Banco Europeo que bajó los tipos de interés y paradójicamente volvía a subir el euribor. También en Andalucía es difícil entender tanto llanto bancario. Hay van dos ejemplos. El beneficio neto de Unicaja, la primera entidad de ahorro de la comunidad, ascendió en el primer semestre de este año -sí, de 2008- a algo más de 207 millones de beneficios, lo que supone un incremento interanual por encima del siete y medio por ciento. La segunda entidad andaluza, Cajasol, obtuvo durante ese mismo periodo de tiempo -sí, también de 2008- 111 millones de beneficios, idéntico al de 2007.

No terminó de entender por qué, en esta crisis, con miles de personas engordando diariamente las listas del paro, con empresas que se van a pique un día sí y el otro también, la mayor preocupación del Estado sea inyectar liquidez a unos bancos que nadie sabe lo que han hecho con las millonadas de euros que han ganado. Tampoco es que uno comparte la célebre frase de Bertolt Brecht cuando dijo: ¿Qué es robar un banco comparado con fundarlo?, pero muchos ciudadanos necesitamos algo más de pedagogía para tragarnos este sapo.

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