Entrevista:CARLOS LOSADA | Director general de ESADE | Carreras & capital humano

"Queremos que los MBA generen más líderes conscientes"

El viernes que viene la escuela de negocios ESADE cumple 50 años, aniversario que celebra bajo el lema "inspirando futuros" y que llega en un buen momento. Si bien en 2006 fue reconocida por The Wall Street Journal como la escuela número uno a nivel internacional, el año pasado su facturación rozó los 70 millones de euros, récord histórico de esta institución.

Con más de 38.000 antiguos alumnos a sus espaldas, sus dirigentes afirman que todavía queda mucho por hacer. Así, entre los nuevos proyectos impulsados destacan el programa Global Executive MBA (GEMBA) -en alianza con Georg...

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El viernes que viene la escuela de negocios ESADE cumple 50 años, aniversario que celebra bajo el lema "inspirando futuros" y que llega en un buen momento. Si bien en 2006 fue reconocida por The Wall Street Journal como la escuela número uno a nivel internacional, el año pasado su facturación rozó los 70 millones de euros, récord histórico de esta institución.

Con más de 38.000 antiguos alumnos a sus espaldas, sus dirigentes afirman que todavía queda mucho por hacer. Así, entre los nuevos proyectos impulsados destacan el programa Global Executive MBA (GEMBA) -en alianza con Georgetown University- y el campus universitario de Sant Cugat, que se enmarca dentro del proyecto Creapolis Parque de la Creatividad y que se inaugurará en 2009.

"La crisis económica sólo nos afectará si dura más de tres años"
"La formación emocional va a crecer en España espectacularmente"

Pero más allá del éxito cosechado, su director general, Carlos Losada (Logroño, 1957), aprovecha el contexto de crisis financiera para hacer autocrítica, reflexionando acerca de "la verdadera finalidad de las empresas", así como de la formación "más importante" de todas: "La que motiva a las personas a cultivar su vida interior para convertirse en directivos más maduros, responsables y conscientes".

Pregunta. ¿Cómo lleva eso de celebrar el 50º aniversario en plena crisis?

Respuesta. La verdad es que bien. Ya que todo está en continuo cambio y transformación, las crisis son siempre una buena oportunidad para reflexionar y aprender a hacer mejor las cosas. Eso sí, también hay que saber anticiparse para poder lidiarlas con mayores garantías de éxito. De ahí que de momento estemos tranquilos.

P. Pero les afectará de alguna manera, ¿no?

R. Nos afectará si dura más de tres años. Las licenciaturas, por ejemplo, son un mercado estable, con lo que el impacto va a ser muy bajo. En el caso de los programas de formación, cuya demanda es bastante cíclica, sí que esperamos que caiga algo. En cambio, la respuesta de los alumnos interesados en cursar algún MBA es imprevisible. Muchos profesionales ven las crisis como el mejor momento para invertir en su propia formación.

P. Aun así, ¿qué están haciendo al respecto?

R. Estamos potenciando nuestro proceso de selección en mercados menos perjudicados por la crisis, como Latinoamérica y la India. Y esta estrategia de captación de alumnos extranjeros forma parte de nuestro imparable proceso de internacionalización, uno de nuestros tres grandes retos de futuro, junto con el avance en la investigación y la mejora de la calidad directiva.

P. ¿Está justificado invertir 70.000 euros en un MBA?

R. Todo depende de la motivación y de la actitud del alumno. Si tiene ganas, el MBA le puede llevar a evolucionar como persona y profesional, además de incorporar conocimientos técnicos. Eso sí, más allá de este potencial aprendizaje, está demostrado que es una inversión que se recupera rápidamente, pues abre muchas puertas y catapulta a los profesionales a importantes puestos directivos. Pero quien sólo invierte por este motivo es porque tiene una visión muy limitada, tanto de sí mismo como de la función que puede llegar a desempeñar como directivo. Así, queremos que los MBA generen más líderes conscientes. Es decir, que su paso por las aulas les inspiren a vivir su profesión conectados con sus valores esenciales, estrechamente relacionados con su verdadera naturaleza humana.

P. De momento, España cuenta con las mejores escuelas del mundo, pero la mayoría de directivos están lejos de este perfil.

R. Las escuelas asumimos una cuota de responsabilidad por el malestar que vive la empresa española actual, donde una gran parte de los españoles se queja de la cultura organizacional impulsada inconscientemente por sus directivos y de la actitud y el comportamiento nocivo de sus jefes.

P. ¿Y qué proponen?

R. Creemos en la necesidad de integrar la ética y la responsabilidad social en el corazón de la estrategia empresarial. Pero se trata de dos conceptos que suelen quedar sepultados bajo el manto de la hipocresía, sobre todo por la enorme competencia existente, que termina por arroyar la verdadera razón de ser de las organizaciones: generar bienestar y riqueza real a todos sus grupos de interés. Así, en vez de buscar ser la mejor escuela del mundo, nos interesa mucho más ser la mejor escuela para el mundo.

P. ¿Y en qué se traduce toda esta filosofía?

R. Estamos creando cada vez más espacios para dar lugar a procesos de autoconocimiento y desarrollo personal, que doten a nuestros ejecutivos de una mayor madurez emocional y, en consecuencia, de una mayor conciencia social. Así, el coaching está convirtiéndose en uno de los pilares de los programas directivos. A lo largo de la próxima década va a producirse en España un crecimiento espectacular de la denominada "formación emocional", que servirá de complemento para los conocimientos más técnicos.

P. ¿Y cómo están respondiendo los directivos?

R. Cada vez tienen menos miedo y se muestran más abiertos e ilusionados a comprometerse consigo mismos. Pero somos conscientes de que todo este trabajo solamente funciona cuando es voluntario. Así, nuestro esfuerzo radica en ofrecer las mejores herramientas existentes dentro de este campo para que los profesionales que llegan a lo más alto se atrevan a emprender la conquista más difícil, pero también la más gratificante de todas: la de sí mismos. -

Carlos Losada, director de ESADE.CARMEN SECANELLA

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