Las atarazanas de Barcelona se someten a un 'lifting'

El Museo Marítimo se cerrará por fases debido a las obras

Con más de 800 años en sus piedras, las naves centrales de las atarazanas de Barcelona que acogen el Museo Marítimo se van a someter a un importante proceso de rehabilitación: cambio de cubierta, restauración de las crujías y renovación de todas las instalaciones. Un profundo lifting del que es el conjunto gótico civil más antiguo de Europa de los que se conservan, y uno de los mayores con más de 18.000 metros cuadrados.

El Marítimo es, además, uno de los museos que tienen más gancho de la ciudad, con más de un millón de visitantes al año. Entre ellos hay cientos de grupos escol...

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Con más de 800 años en sus piedras, las naves centrales de las atarazanas de Barcelona que acogen el Museo Marítimo se van a someter a un importante proceso de rehabilitación: cambio de cubierta, restauración de las crujías y renovación de todas las instalaciones. Un profundo lifting del que es el conjunto gótico civil más antiguo de Europa de los que se conservan, y uno de los mayores con más de 18.000 metros cuadrados.

La instalación tendrá un nuevo proyecto museográfico más sensorial

El Marítimo es, además, uno de los museos que tienen más gancho de la ciudad, con más de un millón de visitantes al año. Entre ellos hay cientos de grupos escolares, y es visita casi obligada de las familias que pasean por un espacio en el que es difícil no dejarse llevar por la imaginación y soñar con naves y mares.

Las obras, que empezarán a finales del año próximo y se prolongarán hasta 2012, obligarán a cerrar parte de la exposición permanente entre 2011 y 2012. "El 50% del museo estará abierto, pero las naves laterales se desmantelarán", explicó ayer el director del museo, Roger Marcet. Lo que no se podrá tocar es la nao que está en la nave central.

La rehabilitación de la estructura del museo estará acompañada de un nuevo proyecto museográfico que pretende explicar la relación de Barcelona y del hombre con el mar. A falta de más concreción, el futuro museo se propone transmitir de forma sensorial la historia marítima, sin renunciar a lo que caracteriza al Marítimo y le da ese aire tan especial: las piezas -barcos, mapas, etcétera- y la ambientación se combinarán con los medios gráficos y audiovisuales.

Tanto la rehabilitación de las naves como el proyecto museográfico se realizarán con un calendario de cuatro años, según el convenio firmado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación, que es la que financia ambas intervenciones con 16 millones de euros.

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En realidad, las atarazanas no han dejado de renovarse y abrirse a la ciudad a lo largo de su larga historia. Algunas de esas intervenciones están registradas en los archivos administrativos de la ciudad. Por ejemplo, en una anotación del registro de 1950 se daba cuenta de las "reparaciones en los muros que resultaron dañados por un bombardeo de la guerra civil". También de mediados del siglo pasado es el jardín que se sitúa sobre el baluarte. El conjunto de las atarazanas se convirtió en espacio museográfico en 1929. En 1936, la Generalitat lo convirtió en el Museo Marítimo de Cataluña. Fue en 1985 cuando se decidió redactar un plan director de restauración y como fruto de él se abrieron nuevos accesos, se recuperaron los porches de Josep Carner y se puso en forma la sala del Marqués de Comillas. Ahora, además de la rehabilitación de la cubierta y el suelo, se arreglarán las grietas que atraviesan algunos de sus contrafuertes. Fisuras que, no obstante, no ponen en peligro los muros porque en realidad son unos falsos contrafuertes.

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