"¿Qué mejor que pedirle un Chester?"

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, llegó a las nueve menos cinco de la noche a los estudios Buñuel de Televisión Española cargado de citas del filósofo Ortega y Gasset para soltarlas cuando mejor viniera. "La lealtad es la distancia más corta entre dos corazones", le dijo a una barcelonesa de 25 años que había leído el libro de su suegro, el falangista José Utrera Molina. Pero cuando Matías Rubio, de 23 años, le preguntó, no le vino ninguna de sus citas a la cabeza. Ni siquiera una respuesta rimbombante. Nada. "¿Tiene un cigarrito?", le pidió el joven sevillano que estudia para pro...

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El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, llegó a las nueve menos cinco de la noche a los estudios Buñuel de Televisión Española cargado de citas del filósofo Ortega y Gasset para soltarlas cuando mejor viniera. "La lealtad es la distancia más corta entre dos corazones", le dijo a una barcelonesa de 25 años que había leído el libro de su suegro, el falangista José Utrera Molina. Pero cuando Matías Rubio, de 23 años, le preguntó, no le vino ninguna de sus citas a la cabeza. Ni siquiera una respuesta rimbombante. Nada. "¿Tiene un cigarrito?", le pidió el joven sevillano que estudia para protésico. "¿Perdón? ¿Que si tengo qué?", respondió el alcalde tocándose los bolsillos. Pues eso, "un cigarrito". Es todo lo que quería del alcalde un chaval que se definió como "apolítico". Y le echó la culpa al sistema educativo. Gallardón parecía descolocado. Se le escapó alguna risa floja. Y al final reaccionó y le pidió a Rubio que se implicara en la política y que acudiera a votar.

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"No pienso hacerlo", aseguró el joven después del debate, con un cigarrillo en la mano. "Es que llevaba mucho tiempo sin fumar y la nicotina afecta", bromeó. Pero enseguida reconoció que lo tenía planeado. "Sabía de antemano lo que me iba a decir y sabía que no fumaba", se jactó, cortando algunas de las palabras al hablar. E insistió en su acierto: "¿Qué mejor que pedirle un Chester?". No le gusta la política ni sabe que es "el franquismo ni el monarquismo [sic]". Si aceptó la oferta de la empresa que elige a los participantes de Tengo una pregunta para usted es porque su novia vive en Madrid. "Me pagaban el billete del AVE", reconoció.

Sólo 27 ciudadanos pudieron interrogar ayer al alcalde. Se quedaron con las ganas 73, y eso se notó en el cóctel que ofreció Televisión Española después del programa. La cola para pedir audiencia con Gallardón no acababa nunca. Pero una audiencia con un alcalde distinto, más relajado, cerveza en mano. Elisabeth Ribal o Antonio Chacón fueron algunos de los que le vieron en privado, aunque con prensa delante. "Estudiaremos su caso en particular", le dijo a uno de ellos. Pero enseguida una de las personas del equipo de Gallardón pidió que la prensa no estuviera presente en la segunda parte cervecera. "Vuestra presencia no estaba prevista", dijo su responsable de comunicación.

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