El error de la pobreza
En mi condición de ciudadana afincada en Catalunya desde hace muchos años y procedente del llamado Tercer Mundo, me creo en el derecho de hacer algunas puntualizaciones acerca de esa expresión tan frívolamente utilizada últimamente.
Se ha decidido calificar o culpabilizar como hechos típicos "tercermundistas" a la impuntualidad, a los atascos en los peajes, a los despreciables que queman indigentes, los accidentes aéreos, los parricidios, negligencias médicas, hipotecas altísimas y mil etcéteras más.
Ofende el uso despectivo del término porque aunque cueste creer, en esa parte de...
En mi condición de ciudadana afincada en Catalunya desde hace muchos años y procedente del llamado Tercer Mundo, me creo en el derecho de hacer algunas puntualizaciones acerca de esa expresión tan frívolamente utilizada últimamente.
Se ha decidido calificar o culpabilizar como hechos típicos "tercermundistas" a la impuntualidad, a los atascos en los peajes, a los despreciables que queman indigentes, los accidentes aéreos, los parricidios, negligencias médicas, hipotecas altísimas y mil etcéteras más.
Ofende el uso despectivo del término porque aunque cueste creer, en esa parte del mundo -al igual que en los Estados del bienestar- las cosas a veces funcionan bien, otras requieren de un tiempo más que prudencial y en otras se emplea una eternidad en encontrar la solución. Nada más...
Queda siempre la sensación de que en este Primer Mundo se ha demonizado la expresión "error" y si una persona o institución tropieza de forma tan imperdonable, no se le culpa, se le declara simplemente como víctima del virus que se ha colado en quién sabe qué maleta y que se ha transmitido por toda Europa.
Virus del Tercermundismo, peligroso transmisor de la incorrección a todos los niveles.
Créanlo, el Tercer Mundo sólo es víctima de un enorme error: la pobreza.