Análisis:ANÁLISIS | PEKÍN 2008 | Piragüismo

David se precipitó

La confusión que generó el kamikaze Vadim Menkov, que salió muy fuerte y luego pinchó hasta ser cuarto, descentró a David Cal, que se precipitó en su captura. El ritmo en el primer parcial le pasó factura al gallego, que se desfondó en la recta final pese a ser el plusmarquista mundial de la distancia (3m 46,201s en la final de Atenas 2004). Hizo seis segundos y medio por debajo de su mejor tiempo. Cal se equivocó al querer atrapar demasiado rápido al remero uzbeko. Attila no cometió el error del palista de Cangas de Morrazo. El húngaro, que de esto sabe un rato, no perdió los ne...

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La confusión que generó el kamikaze Vadim Menkov, que salió muy fuerte y luego pinchó hasta ser cuarto, descentró a David Cal, que se precipitó en su captura. El ritmo en el primer parcial le pasó factura al gallego, que se desfondó en la recta final pese a ser el plusmarquista mundial de la distancia (3m 46,201s en la final de Atenas 2004). Hizo seis segundos y medio por debajo de su mejor tiempo. Cal se equivocó al querer atrapar demasiado rápido al remero uzbeko. Attila no cometió el error del palista de Cangas de Morrazo. El húngaro, que de esto sabe un rato, no perdió los nervios cuando la liebre de Asia Central impuso un ritmo elevadísimo en los primeros 500 metros. Si logró el oro fue porque no cambió su ritmo de paladas. En el paso por los 500 vio que le venía bien y lo mantuvo. No se salió del guión. Al revés que David, se mantuvo impertérrito y confirmó que ve las carreras como pocos. De hecho, su tiempo de reacción fue peor que el de Cal, que arrancó sexto. Esperó a que los demás se fundieran para dar el golpe de gracia. El español debería haberle marcado a él, no a Menkov.

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La nota positiva es que Cal dispone de una sexta marcha con la que no contaba tiempo atrás. Su espectacular cambio de ritmo ya lo pudimos disfrutar en su serie de clasificación de 500 metros de C-1, que terminó ganando. Toda una hazaña cuando a mitad de trayecto estaba rezagadísimo. La ventaja que tendrá en la final de la media distancia es que las revoluciones de Attila son siempre las mismas. Por eso, Cal es mi favorito para alzarse con el oro, siempre que contenga sus impulsos. Curiosamente, intercambiaría sus medallas con las logradas hace cuatro años en Grecia. La pregunta que surge es la siguiente: ¿Es David menos resistente pero más explosivo que antes?

Herminio Menéndez fue plata en K-4 (1.000 m) en Montreal 76 y plata en K-2 (500 m) y bronce en K-2 (1.000 m) en Moscú 80.

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