Análisis:EL ACENTO

Tíbet puede esperar

El Dalai Lama llegó a París el pasado lunes justo cuando Nicolas Sarkozy regresaba de asistir a la apertura de los Juegos Olímpicos en Pekín. El presidente francés no tiene intención de reunirse con él durante los 12 días de estancia del líder espiritual tibetano en Francia. Es un visitante incómodo en las presentes circunstancias. "No ha solicitado ninguna audiencia", dicen los portavoces oficiales del Elíseo. A lo máximo que llegará Sarko es a enviar a su esposa, Carla Bruni, y al ministro de Exteriores Kouchner a la inauguración de un templo budista en Lodève, en el departamento regi...

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El Dalai Lama llegó a París el pasado lunes justo cuando Nicolas Sarkozy regresaba de asistir a la apertura de los Juegos Olímpicos en Pekín. El presidente francés no tiene intención de reunirse con él durante los 12 días de estancia del líder espiritual tibetano en Francia. Es un visitante incómodo en las presentes circunstancias. "No ha solicitado ninguna audiencia", dicen los portavoces oficiales del Elíseo. A lo máximo que llegará Sarko es a enviar a su esposa, Carla Bruni, y al ministro de Exteriores Kouchner a la inauguración de un templo budista en Lodève, en el departamento regional de Hérault el próximo viernes. "¿Conoce a Carla Bruni? ¿Sabe que es cantante?", le han preguntado los periodistas al Dalai Lama en la conferencia de prensa que tuvo lugar el miércoles en París. "No", contestó lacónicamente. El monje budista debe de estar bastante molesto por la conducta de Sarkozy, quien, sin embargo, ha anunciado que se reunirá con él y otros Premios Nobel el próximo mes de diciembre. "Ese día tendré que estar en Amsterdam", ha replicado el Dalai Lama.

Sarkozy criticó duramente la represión policial china en Tíbet el pasado marzo. Anunció que no asistiría a la apertura de los Juegos si Pekín no cesaba en la persecución de disidentes y se resistía a comenzar negociaciones con el Gobierno tibetano en el exilio. Hubo un encuentro entre las dos partes, que no condujo a nada. "Muy decepcionante", lo ha calificado el Dalai Lama en París. Ante una treintena de parlamentarios ha declarado, además, que el Gobierno chino ha roto la tregua olímpica, porque "continúan las detenciones arbitrarias, las ejecuciones sumarias, la tortura y el incremento de la presencia militar".

Finalmente, Sarko estuvo en Pekín. El Elíseo asegura que el presidente entregó al líder chino, Hu Jintao, una lista de disidentes para solicitar su excarcelación. El anfitrión no debió de inmutarse. Son asuntos internos. Así que el presidente de Francia prefirió concentrarse en la espectacularidad de la ceremonia de apertura olímpica y en la buena noticia del grupo EDF construirá dos reactores nucleares en China. El Tíbet, y el Dalai Lama, pueden esperar.

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