Gràcia llama al civismo para disfrutar de su fiesta en paz

Si la tierra es del que la trabaja, las fiestas de Gràcia son de sus vecinos. Y si acaso, de "la gente de Barcelona", dijo ayer el pregonero de la fiesta mayor del barrio, el actor y periodista Queco Novell, que fabuló con una supuesta independencia de Gràcia y vaciló (un poco) a Jordi Hereu: "Alcalde de la vecina ciudad de Barcelona", le soltó al empezar su ristra de rimas. Más allá de la broma, los residentes esperan este año tener la fiesta en paz. O sea, poder dormir un poco y, al despertar, ver que las calles de su barrio están, en la medida de lo posible, limpias.

La plaza ...

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Si la tierra es del que la trabaja, las fiestas de Gràcia son de sus vecinos. Y si acaso, de "la gente de Barcelona", dijo ayer el pregonero de la fiesta mayor del barrio, el actor y periodista Queco Novell, que fabuló con una supuesta independencia de Gràcia y vaciló (un poco) a Jordi Hereu: "Alcalde de la vecina ciudad de Barcelona", le soltó al empezar su ristra de rimas. Más allá de la broma, los residentes esperan este año tener la fiesta en paz. O sea, poder dormir un poco y, al despertar, ver que las calles de su barrio están, en la medida de lo posible, limpias.

La plaza de Rius i Taulet se llenó por la tarde para estrenar la fiesta y recibir al popular pregonero, imitador de Pasqual Maragall en Polònia, el programa de sátira política de TV-3. Novell llamó al civismo desde el buen rollo. Una cosa, dijo, es "ser una vila enrollada", y la otra, que "cuatro carcamales" impidan el descanso. Y advirtió de que un grupo de voluntarios "recorrerá las calles con tijeras gigantes" para escarmentar a los que orinen en la vía pública.

El periodista lanzó algún dardo a Hereu: recordó que la plaza Lesseps está "patas arriba" y afirmó, con irónico orgullo, que Gràcia es el barrio "con más zonas verdes del mundo", en alusión al aparcamiento de pago. Al alcalde no le quedó otra que reír. Y cuando Hereu cogió el micro para hablar, lo hizo durante 30 segundos y en tono elevado: su brevedad y su entusiasmo acallaron los silbidos que le lanzaron desde la plaza, coronada por una pancarta que invitaba a los turistas a irse a casa: "Vila de Gràcia is not Lloret".

El mensaje de civilidad no caló, sin embargo, entre un centenar de jóvenes que arrojó botes de pintura a locales comerciales de la calle de Asturias, cerca de la parada de metro de Fontana. Los Mossos d'Esquadra, que se hicieron ver toda la tarde en la zona, no intervinieron. Otro grupo de personas, que participan en las fiestas alternativas, instalaron por la noche unas barras de bar en un solar desocupado de Torrent de l'Olla.

Los vecinos de Gràcia desplegaron ayer una pancarta para reivindicar las fiestas del barrio.CARLES RIBAS
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