Análisis:Cosa de dos

Interés

El verano tiene estas cosas. El calor dilata la vena patriótica y de pronto, incontenible, se desborda el interés nacional. ¿A quién no le ha ocurrido? Nosotros tuvimos un achuchón de interés nacional un 18 de julio. Como España, casi todo el mundo. Recuerden el golpe de Estado contra Gorbachov, la invasión iraquí de Kuwait, el ataque de Israel contra las milicias en Líbano: cosas del calor y del interés nacional. Georgia ha exhibido el interés nacional más ágil de la temporada. Mientras se inauguraban los Juegos en Pekín, el Gobierno georgiano decidió que su interés nacional debía pasearse po...

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El verano tiene estas cosas. El calor dilata la vena patriótica y de pronto, incontenible, se desborda el interés nacional. ¿A quién no le ha ocurrido? Nosotros tuvimos un achuchón de interés nacional un 18 de julio. Como España, casi todo el mundo. Recuerden el golpe de Estado contra Gorbachov, la invasión iraquí de Kuwait, el ataque de Israel contra las milicias en Líbano: cosas del calor y del interés nacional. Georgia ha exhibido el interés nacional más ágil de la temporada. Mientras se inauguraban los Juegos en Pekín, el Gobierno georgiano decidió que su interés nacional debía pasearse por Osetia del Sur, donde se había establecido una precaria independencia de facto. Dicho y hecho. Los tanques del presidente Saakashvili, aliado de la OTAN, dieron una fugaz colleja a la región secesionista. Durante 24 horas, el interés nacional de Georgia fue la comidilla del mundo.

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Pero, como en todo, en esto del interés nacional sigue habiendo clases. Sin ir más lejos, el interés nacional de Rusia es la bomba. Literalmente. Moscú, que llevaba tiempo concediendo pasaportes rusos a los osetas y fomentaba la separación, aprovechó la dilatación veraniega para comparar su interés nacional con el de Georgia. Ya saben quién ha ganado: viene hoy mismo en el diario. También saben quién ha perdido: los inocentes habituales.

Hablamos de acontecimientos deplorables. Conviene hacer todo lo posible para limitar los daños causados por el típico estirón veraniego del interés nacional. Se impone, por tanto, que alguien se ponga serio con los chinos: su interés nacional se descontrola por momentos.

¿Recuerdan a la niña que cantó el himno chino en la ceremonia de apertura de los Juegos? No, no la recuerdan. A estas alturas sabrán ya que la niña que emocionó al mundo, Lin Miaoke, se limitaba a mover los labios. La auténtica cantante, la niña Cheng Qigang, tuvo que permanecer oculta: la organización consideró que tenía la cara demasiado rechoncha y los dientes feos. El director musical de la ceremonia explicó que la niña cantante fue escondida porque China debía "proyectar la imagen correcta" y se trataba de hacer "lo mejor para el interés nacional".

¿Se dan cuenta? Esto del interés nacional está poniéndose imposible.

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