Reportaje:BANDA SONORA

Malasaña, tras la resaca

La zona más noctámbula se repone del fin de semana con Kylie Minogue

El escenario después de la batalla. Malasaña. Lunes. Doce de la mañana. Lo que queda tras un fin de semana de cervezas de tercio, gin-tonics, zapatillas all star y rock and roll. Averigüemos cuál es la banda sonora del barrio más canallón y rockero de Madrid fuera de su horario jaranero (la noche, ya se sabe, que siempre confunde) y en la jornada en la que el cuerpo (y el alma) camina como encogido. Sí, hoy es lunes, lunes triste. Relájense, porque empieza el trayecto. Lo primero que se escucha es desconcertante. ¡Kylie Minogue, la musa del dance, en el territorio m...

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El escenario después de la batalla. Malasaña. Lunes. Doce de la mañana. Lo que queda tras un fin de semana de cervezas de tercio, gin-tonics, zapatillas all star y rock and roll. Averigüemos cuál es la banda sonora del barrio más canallón y rockero de Madrid fuera de su horario jaranero (la noche, ya se sabe, que siempre confunde) y en la jornada en la que el cuerpo (y el alma) camina como encogido. Sí, hoy es lunes, lunes triste. Relájense, porque empieza el trayecto. Lo primero que se escucha es desconcertante. ¡Kylie Minogue, la musa del dance, en el territorio más guitarrero de la ciudad! Algo no va bien. Sensación parecida a descubrir que tu canción favorita de amor trata sobre un sándwich. Pero es lo que hay: Kylie canturrea In my arms con su arsenal de sonidos electrónicos mientras cinco apuestos mozos se machacan los pectorales gracias a unos aparatejos repletos de muelles. Tu canción favorita de amor vuelve a hablar de sentimientos profundos al confirmar que el gimnasio donde se escucha a Minogue está justo en la frontera entre Chueca, territorio gay donde se venera a Kylie, y Malasaña.

Todo empieza a cuadrar cuando Víctor Mora, de 27 años y dependiente de la tienda de ropa gótica Touch Me, cuenta que se va a ensayar con su banda de rock nada más salir del curro. "Se llama La Nueva Carne. Métete en nuestro myspace y escucha", apunta. Lo hacemos: suenan muy glam-punk y su éxito es Maquillaje hasta en el corazón. Interesante. Hoy, Víctor se ha enfundado una camiseta de los Cramps. En la tienda suena Electric Six, una banda de Detroit experta en mixturas: punk, disco, pop... El panorama se vuelve otra vez confuso cuando esta futura estrella del rock nos informa de que lo más vendido en este imperio de la prenda en negro son unos pantalones setenteros de colores tan chillones que te dañan los ojos.

En un clásico de la zona, La Bodega de La Ardosa, suena salsa suavita. El barrio recupera su compromiso pop en una tienda de ropa de segunda mano en la Corredera Alta de San Pablo. De un equipo de música estéreo casero (vamos, el radiocasete de toda la vida) irrumpen las canciones de Chromatic. "Han tocado este año en Benicàssim", apunta la dependienta, cerrado acento andaluz, mientras retoma su conversación telefónica: "Mamá, qué interés tienes en...". Escoltando al radiocasete, un par de montañas de discos compactos donde nuestra pizpireta dependienta sureña ha escrito con un rotulador indeleble rojo: Portishead, Nawjajean o MGMT, el dúo de zumbados residentes en Brooklyn que ha compuesto el tema indie del momento, Kids.

Por la calle del Espíritu Santo, corazón de Malasaña, sorprende el silencio. Los pajaritos revolotean, una abuela empuja el cochecito de su nieto... Y, de repente, la voz de loco de Ozzy Osbourne destroza esta escenita tan pastoril. En el Templo de Susu, 10 años plantado en el mismo lugar despachando ropa setentera, David de Coro, su dueño, de 34 años, melena al viento, tatuajes por cada rincón de su cuerpo y gran anillo de calavera idéntico al de Keith Richards, comenta los grupos que suenan en su tienda: "Led Zeppelin, Rush, Motorhead, Deep Purple... rock duro clásico". Unos metros más allá, en la misma calle, el panorama musical se torna negroide. Suenan las carnosas canciones de Ike & Tina Turner. Es la tienda de discos y ropa Up Beat, especialista en soul y reggae. Vinilos de los grandes del género (Marvin Gaye, Curtis Mayfield, Al Green...), portadas a su tamaño real, música viva. Sales de este reino del vinilo y te entran ganas de triturar tu iPod con un martillo. En Casa Camocho sirven el vermú al punto, pero no tienen un martillo a la vista. A cambio, se escucha la nueva canción de La Oreja de Van Gogh.

El Free Way luce chapado, La Vía Láctea también, a cal y canto. La verja del Garaje Sónico se abre hasta la mitad, justo para que los reponedores de cervezas dejen las cajas. El bar los recibe de mala manera: con el peor disco de Bruce Springsteen, Human Touch. Es la hora de comer y la banda sonora de este Malasaña de lunes continúa tan sugerente como ecléctica. A la salida del barrio, los cinco tipos del gimnasio siguen dándole trabajo a sus músculos. Kylie Minogue continúa haciéndoles compañía.

En la tienda de discos y ropa Up Beat suenan las carnosas canciones de Ike & Tina Turner.BERNARDO PEREZ
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