Cataluña halla por fin pabellón para la Bienal de Venecia

El Llull convoca un concurso para elegir al comisario

Uno de los Magazzini del Sale (Almacenes de la Sal), un edificio emblemático del barrio Dorsoduro, será el que acoja el pabellón de Cataluña en la próxima Bienal de Venecia.

Cerrando cada vez más el proyecto, el Instituto Ramon Llull (IRL), organismo de la Generalitat que se encarga de la promoción cultural en el extranjero, convocó ayer un concurso internacional para escoger el comisario que elaborará el programa. Cataluña participará en una sección oficial denominada Eventi collaterali, que ya acoge otras naciones sin Estado como Escocia, Gales, Irlanda del Norte y Taiwán.
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Uno de los Magazzini del Sale (Almacenes de la Sal), un edificio emblemático del barrio Dorsoduro, será el que acoja el pabellón de Cataluña en la próxima Bienal de Venecia.

Cerrando cada vez más el proyecto, el Instituto Ramon Llull (IRL), organismo de la Generalitat que se encarga de la promoción cultural en el extranjero, convocó ayer un concurso internacional para escoger el comisario que elaborará el programa. Cataluña participará en una sección oficial denominada Eventi collaterali, que ya acoge otras naciones sin Estado como Escocia, Gales, Irlanda del Norte y Taiwán.

El presupuesto artístico para el pabellón será de 500.000 euros

El IRL ha superado así el mayor escollo que tenía hasta ahora para afrontar este evento: encontrar un espacio expositivo, cada vez más caros y menos disponibles en las zonas cercanas a los Giardini, la sede principal. España, que participa en la bienal desde la primera edición de 1895, es uno de los 29 países privilegiados que tiene pabellón en ese parque.

Aunque el IRL consideró la posibilidad de alquilar el palacio Fortuny, la casa-taller del artista catalán que se reabrió en 2007, finalmente, ha conseguido otro espacio igual de céntrico, una sala diáfana de 600 metros cuadrados que acoge exposiciones de la Bienal desde la década de 1980, por lo que ya forma parte del circuito expositivo más estable.

Cerrado ese capítulo, la convocatoria del concurso para escoger el comisario del pabellón estará abierta hasta el 2 de septiembre y el día 26 de ese mismo mes se conocerá el ganador. Las propuestas serán examinadas por un jurado de postín presidido por Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, e integrado por el artista Ignasi Aballí, participante de la Bienal 2007; Daniela Ferretti, conservadora de los Museos Cívicos de Venecia; Marta Gili, directora del Jeu de Paume de París; Chus Martínez, conservadora del Macba, y Vicente Todolí, director de la Tate de Londres.

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Según las bases (www.llull.cat), los honorarios para la propuesta final ascienden a 12.000 euros, mientras que el proyecto artístico contará con un presupuesto de 500.000 euros. A esa cifra habrá que añadir el sin duda costoso alquiler del espacio, lo cual explica parcialmente la espectacular diferencia existente ahora con los cerca de 12 millones de euros que se destinaron a la participación catalana, invitada de honor en la Feria del Libro de Francfort del pasado octubre. Fue allí, no sin polémica, donde se anunció la participación de Cataluña en la 53ª edición de la bienal artística más prestigiosa del mundo, que se celebrará del 7 de junio al 22 de noviembre de 2009, con el comisariado de Daniel Birnbaum (Estocolmo, 1963).

Con la convocatoria del concurso para la elección del comisario, la Generalitat da una respuesta subliminal a las críticas recibidas por el reciente nombramiento a dedo de Vicenç Altaió como director del Centro de Arte Santa Mónica. "Los concursos no siempre son necesarios. En el caso del Santa Mónica, descartamos esa posibilidad por el convencimiento de que Altaió es la persona más indicada para el cargo", afirmó un portavoz del departamento.

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