Cartas al director

¡Soterrar el tren! No, gracias

Tras haber leído el artículo de Manuel Saravia en EL PAÍS (Propiedades) del pasado 4 de julio, Soterramientos que son pérdidas, queremos apoyar sus conclusiones con datos extraídos de la población de Illescas (Toledo), inmersa en uno de esos procesos de soterramiento de la vía del tren, con el que, bajo el manido pretexto del "efecto barrera" al desarrollo se pretende, vía convenio urbanístico, la liberación de más de 4,5 millones de metros cuadrados de suelo apto para urbanizar, en el que se incluye la reclasificación a urbanos de 700.000 metros cuadrados de suelo rústico proteg...

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Tras haber leído el artículo de Manuel Saravia en EL PAÍS (Propiedades) del pasado 4 de julio, Soterramientos que son pérdidas, queremos apoyar sus conclusiones con datos extraídos de la población de Illescas (Toledo), inmersa en uno de esos procesos de soterramiento de la vía del tren, con el que, bajo el manido pretexto del "efecto barrera" al desarrollo se pretende, vía convenio urbanístico, la liberación de más de 4,5 millones de metros cuadrados de suelo apto para urbanizar, en el que se incluye la reclasificación a urbanos de 700.000 metros cuadrados de suelo rústico protegido por su valor ecológico.

El arranque de más de 5.000 olivos va a permitir la construcción de 20.000 viviendas que transformarán los 18.000 habitantes actuales en una gran urbe de más de 100.000, con serias dificultades para abastecerse de agua.

El coste del soterramiento, estimado en 15.000 millones de euros, lo asumirán cuatro empresas urbanizadoras, según un reparto equitativo de cargas y plusvalías repercutibles en un aumento de la superficie edificable por mor del aprovechamiento lucrativo, que no por efecto de una demanda real.

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Todo ello, eso sí, etiquetado de proyecto equilibrado y sostenible.

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