Leandre Cristòfol, el escultor del aire

Lleida celebra por todo lo alto el centenario del nacimiento del escultor Leandre Cristòfol (Os de Balaguer, 1908-Lleida, 1998) con diversas actividades culturales y una antológica que propone a los visitantes los diversos itinerarios que conforman el universo creativo de uno de los artistas más representativos de la escultura contemporánea. De l'aire a l'aire, nombre de su primera escultura no figurativa, da título a la exposición que podrá contemplarse en el Museu d'Art Jaume Morera hasta el 5 de octubre. Como afirma Daniel Giralt-Miracle, comisario de la exposición, esta pieza de 193...

Lleida celebra por todo lo alto el centenario del nacimiento del escultor Leandre Cristòfol (Os de Balaguer, 1908-Lleida, 1998) con diversas actividades culturales y una antológica que propone a los visitantes los diversos itinerarios que conforman el universo creativo de uno de los artistas más representativos de la escultura contemporánea. De l'aire a l'aire, nombre de su primera escultura no figurativa, da título a la exposición que podrá contemplarse en el Museu d'Art Jaume Morera hasta el 5 de octubre. Como afirma Daniel Giralt-Miracle, comisario de la exposición, esta pieza de 1933 expresa como pocas "el carácter emotivo y poético de su obra y la especial preocupación de Cristòfol por extraer las máximas posibilidades expresivas de los materiales que utiliza". Éstos eran, básicamente, alambres, madera, cristales, varillas de paraguas, horquillas, corcho y cristales.

La exposición aborda toda su trayectoria con un centenar de obras

Más de un centenar de dibujos y esculturas se han organizado en diferentes ámbitos entre temáticos y cronológicos. En el primero, Cristòfol desarrolla la serie Ralentís, un conjunto que tiene como eje principal la exploración de las formas en movimiento y que ilustra la transición del movimiento estático de sus primeros trabajos al movimiento dinámico y continuado, que el artista consigue colocando los objetos en suspensión y provocando mecánicamente un movimiento constante. En este ámbito se encuentra también la última de sus series experimentales: Alpha-Omega-Alpha, donde vuelve a recuperar las varitas galvanizadas para proyectar una cosmología muy personal que remite a sus primeras creaciones.

En Nit de lluna, y en contraposición a su obra figurativa, Cristòfol se abre a los caminos de la no figuración a través de dos líneas de investigación: una vinculada a la modelación de formas escultóricas insertadas en la poética surrealista y otra de experimentación escultórica que propone la utilización de materiales de uso cotidiano que adquieren unos valores y unas sensaciones plásticas próximas al lirismo. El ámbito Dimensión contemplada incluye una selección de las obras más vinculadas a la poética surrealista. Se trata de una serie de dibujos de formas biomórficas emparentados directamente con lo onírico.

También nos encontramos con el artista constructor de objetos sensibles y creador de asociaciones irreales en los años sesenta y setenta. En una primera etapa, penetra en el estudio del hierro atraído por las formas que encontraba en su pueblo natal y luego continúa con series de objetos que tienen como eje central la maquinaria y los objetos de laboratorios de física. En Una mirada a la realidad se ofrecen las primeras obras modeladas por las manos del artista. Son volúmenes figurativos que muestran la orientación expresionista que definirá esta parte de su producción.

La exposición, que en octubre se verá en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, cuenta con un completo catálogo en el que destaca el Fotoscop Leandre Cristòfol, en el que el fotógrafo Jordi Mas y Giralt-Miracle se sirven de la técnica experimental del fotoscop de Gomis y Prats para mostrar de manera inédita las esculturas del Cristòfol.