El asesino de su tía confiesa que la mató por maltratar gatos

Tras el crimen, celebró la Eurocopa en la Praza Roxa de Santiago

Por maltratar a unos gatos. Ése es el motivo que esgrimió ante la juez el joven que mató a su tía abuela en Santiago el pasado domingo para justificar el asesinato de la anciana, Manuela Barreiro, de 83 años.

Fuentes de la investigación confirmaron que el acusado, J.M.G.P, de 34 años, reconoció en declaraciones a la juez que instruye el caso que llegó a casa de la mujer, que vivía sola, en estado de embriaguez. La encontró, siempre según su testimonio, tratando de matar con un palo a unos gatos que una gata acababa de parir.

El joven explicó en el interrogatorio que trató de para...

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Por maltratar a unos gatos. Ése es el motivo que esgrimió ante la juez el joven que mató a su tía abuela en Santiago el pasado domingo para justificar el asesinato de la anciana, Manuela Barreiro, de 83 años.

Fuentes de la investigación confirmaron que el acusado, J.M.G.P, de 34 años, reconoció en declaraciones a la juez que instruye el caso que llegó a casa de la mujer, que vivía sola, en estado de embriaguez. La encontró, siempre según su testimonio, tratando de matar con un palo a unos gatos que una gata acababa de parir.

El joven explicó en el interrogatorio que trató de parar a la anciana y que fue el maltrato a los animales lo que motivó el inicio de una discusión. En ese momento, el hombre arrebató el palo a su tía y le propinó un fuerte golpe en la cabeza. Acto seguido, fue en busca de un cuchillo con el que, según su propio testimonio, le asestó dos puñaladas.

Haciendo gala de una extrema frialdad, el hombre permaneció en la vivienda y tomó una copa de ron en el salón de la casa donde acababa de matar a Manuela. Los familiares de la víctima constataron que el asesino arrastró el cadáver desde la sala hasta la cocina.

Cuando salió del piso de su tía lo hizo sin ningún cuidado dejando tras de sí un rastro de sangre en forma de pisadas. Esto fue lo que alertó a la mujer de la limpieza que trabaja en el piso de arriba, cuando a las 9 de la mañana del día siguiente se dirigía a su puesto de trabajo. Fue ella quien el pasado lunes avisó de lo sucedido a la familia de la anciana que vive en ese mismo edificio.

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El relato del presunto asesino ante la juez no termina ahí. Después del crimen salió a la calle, donde continuó bebiendo. Esa tarde de domingo, la selección española de fútbol jugaba la fase final de la Eurocopa contra la selección de Alemania. El joven fue a celebrar el triunfo como un ciudadano más a la céntrica Praza Roxa de Santiago, donde el Ayuntamiento había colocado una pantalla gigante para poder ver el partido.

El acusado está en la cárcel después de que el pasado martes el juzgado de instrucción decretase de forma preventiva su ingreso en prisión. La defensa del detenido había solicitado un informe forense para determinar si era necesario su ingreso en un centro psiquiátrico, pero tras el informe negativo del forense, el acusado entró en prisión.

Desde el primer momento la policía barajó como principal vía de investigación el entorno de la víctima, ya que aparentemente la cerradura de la puerta no estaba forzada. Los agentes no tardaron en detener al autor confeso del crimen y a última hora del pasado lunes, el mismo día en que se descubrió el cadáver de su tía abuela, el hombre ya se encontraba en las dependencias de la comisaría de policía de Santiago.

La mañana en que supieron la noticia, antes de conocer la identidad del asesino, los conmocionados familiares de Manuela barajaban el robo como el móvil más creíble. "Es fácil entrar en la casa por la parte de atrás", señalaban. "Poca gente tenía las llaves de la casa", explicaba otro.

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