Cartas al director

La ley del embudo

Desde siempre me han parecido cabreantes los informes del Banco de España por la contumacia con que aplican la llamada ley del embudo: que los ricos acumulen más riquezas para que puedan invertir y que los pobres, cuyos salarios son la yesca que alimenta el fuego inflacionista, vayan abriendo nuevos agujeros en sus ya apretados cinturones.

Puede que esos informes sean irreprochables desde el punto de vista económico, pero me parece que el gobierno de la res pública no puede abordarse únicamente desde los parámetros de la ortodoxia, sino que debe hacerse también desde los principi...

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Desde siempre me han parecido cabreantes los informes del Banco de España por la contumacia con que aplican la llamada ley del embudo: que los ricos acumulen más riquezas para que puedan invertir y que los pobres, cuyos salarios son la yesca que alimenta el fuego inflacionista, vayan abriendo nuevos agujeros en sus ya apretados cinturones.

Puede que esos informes sean irreprochables desde el punto de vista económico, pero me parece que el gobierno de la res pública no puede abordarse únicamente desde los parámetros de la ortodoxia, sino que debe hacerse también desde los principios de la moral y de la justicia.

Miguel Ángel Fernández Ordóñez nos pide que cobremos menos por trabajar más y que coticemos más años a la Seguridad Social para cobrar menos pensión. Un planteamiento inaceptable, pero que tal vez nos merecería una cierta credibilidad y un cierto respeto si él predicara con el ejemplo. Entre sus competencias está la de vigilar y alzar la voz contra lo que pasa en las entidades financieras. ¿No tiene nada que decir frente a los sueldos escandalosos que cobran los altos directivos? ¿Tampoco nada que decir frente a las multimillonarias aportaciones que estos ejecutivos reciben en sus fondos de pensiones?

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Si no tiene nada que decir frente a todo esto, entonces a lo mejor debería limitarse a disfrutar su estupendo despacho, su suculento sueldo y su saneado plan de pensiones.

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