Cartas al director

¿Seré viuda algún día?

Debería añadir la palabra legal al título de este comentario. Porque viuda ya lo soy. Conviví 21 años con mi pareja y juntos formamos una familia y criamos a nuestros hijos. La Seguridad Social me deniega la pensión por no demostrar la convivencia mediante el correspondiente padrón municipal durante los últimos seis años anteriores a su fallecimiento. Parece ser que este documento es el único que contempla la ley (Ley 40/2007, Disposición Adicional 3ª) como prueba para acreditar la convivencia.

Mi compañero figuraba empadronado en Trijueque (Guadalajara), a 80 kilómetros de Madri...

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Debería añadir la palabra legal al título de este comentario. Porque viuda ya lo soy. Conviví 21 años con mi pareja y juntos formamos una familia y criamos a nuestros hijos. La Seguridad Social me deniega la pensión por no demostrar la convivencia mediante el correspondiente padrón municipal durante los últimos seis años anteriores a su fallecimiento. Parece ser que este documento es el único que contempla la ley (Ley 40/2007, Disposición Adicional 3ª) como prueba para acreditar la convivencia.

Mi compañero figuraba empadronado en Trijueque (Guadalajara), a 80 kilómetros de Madrid, donde ambos compramos un chalet para disfrutar de los fines de semana. El resto del tiempo vivíamos y trabajábamos en Madrid, donde teníamos asignados los médicos y donde nuestros hijos han vivido siempre.

La Seguridad Social no ha tenido en cuenta los múltiples documentos que he presentado que avalan una vida en común desde el año 1984 hasta el último minuto de vida de mi compañero, que falleció a mi lado mientras dormía.

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Siempre pensé que el fin de la pensión de viudedad era amparar a la persona que, tras la muerte del compañero, quedaba desprotegida económicamente. JuanMa era soltero y esto me hace preguntarme dónde fueron todas las aportaciones que hizo a la Seguridad Social desde los 18 años hasta los 43 que tenía cuando falleció.

Por supuesto, he tenido que vender el chalet, trabajar durante todo el día, renunciar a un montón de sueños y tratar de superar el haber perdido a una persona maravillosa. Sólo espero que los jueces y tribunales a los que -por supuesto- acudiré no se ciñan exclusivamente al texto de esta ley e interpreten la misma con justicia.

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