Cartas al director

Compañías energéticas

Uno puede entender que las empresas busquen su propio beneficio. También puede entender que "sólo" se interesen por obtener los máximos beneficios.

Uno, incluso puede entender -aunque, por supuesto, no compartir y hasta oponerse a ello- que determinadas empresas no sólo quieran obtener los máximos beneficios, sino que, además, los quieran a toda costa, pasando por encima de consideraciones éticas y morales.

Lo que ya molesta es que esas empresas, encima, quieran parecer buena gente. Estas reflexiones me surgen tras la visión de las últimas campañas publicitarias -cursis hasta la ...

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Uno puede entender que las empresas busquen su propio beneficio. También puede entender que "sólo" se interesen por obtener los máximos beneficios.

Uno, incluso puede entender -aunque, por supuesto, no compartir y hasta oponerse a ello- que determinadas empresas no sólo quieran obtener los máximos beneficios, sino que, además, los quieran a toda costa, pasando por encima de consideraciones éticas y morales.

Lo que ya molesta es que esas empresas, encima, quieran parecer buena gente. Estas reflexiones me surgen tras la visión de las últimas campañas publicitarias -cursis hasta la náusea- de varias de las compañías energéticas más contaminantes de nuestro país. Que algunas de las empresas que más han colaborado en propiciar la actual crisis medioambiental quieran hacernos ver lo ecológicos y bondadosos que son, raya en la falta de respeto.

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Contamínennos si es su elección (que ya actuaremos nosotros en consecuencia), pero, por favor, no nos insulten ni nos tomen por tontos.

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