La lluvia aplaza el riesgo de incendios forestales hasta agosto

Saura augura un agosto muy cálido y con fuertes vientos

Las lluvias de las últimas semanas no sólo han alejado el fantasma de la sequía. También han ahuyentado otro peligro inminente: el de los incendios forestales. Las precipitaciones han permitido desplazar el riesgo máximo de incendio hacia el final del verano. Así lo anunció ayer, en el Parlament, el consejero de Interior, Joan Saura. "Las perspectivas han mejorado y ahora la situación es de relativa normalidad. El momento más peligroso estará a finales de agosto y en septiembre", sentenció.

El consejero presentó, junto a su homólogo de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, la campaña de in...

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Las lluvias de las últimas semanas no sólo han alejado el fantasma de la sequía. También han ahuyentado otro peligro inminente: el de los incendios forestales. Las precipitaciones han permitido desplazar el riesgo máximo de incendio hacia el final del verano. Así lo anunció ayer, en el Parlament, el consejero de Interior, Joan Saura. "Las perspectivas han mejorado y ahora la situación es de relativa normalidad. El momento más peligroso estará a finales de agosto y en septiembre", sentenció.

El consejero presentó, junto a su homólogo de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, la campaña de incendios del verano, que antes de las abundantes lluvias se dibujaba como "muy complicada". En agosto, además, está prevista una fuerte ola de calor: Saura auguró que las temperaturas serán dos o tres grados superiores a las del año anterior. El intenso calor, unido a probables episodios de fuertes vientos, podría complicar la situación y ayudar a que se propaguen "incendios forestales de grandes dimensiones".

Hasta la llegada de las precipitaciones, el año había sido especialmente seco. Eso obligó a la Generalitat a activar, en marzo, un nivel alto de alerta, poco frecuente para esa época del año. Por ahora se han registrado 165 incendios forestales en Cataluña, 32 más que el año anterior. En los llamados puntos calientes -las zonas boscosas con más posibilidades de acabar ardiendo- los incendios intencionados son los más usuales. En el resto de zonas, la mano del hombre está detrás de uno de cada cuatro incendios. El resto están causados por una acción negligente o, sencillamente, son fruto de una incidencia.

Para evitar su propagación, en todo caso, el Gobierno catalán contará este verano con cerca de 6.400 efectivos. El desplazamiento de los incendios hacia finales del verano ha hecho que la Generalitat prolongue a seis meses los contratos de 202 auxiliares forestales contratados para la campaña.

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