Una lista a rebosar

Más de 240.000 esperan para tener una vivienda de protección pública, frente a una oferta a medio y largo plazo de casi 120.000. Este cálculo se ha efectuado a partir de los datos suministrados por los ayuntamientos y las comunidades autónomas (salvo Murcia) con las personas que están registradas en sus listas de demandantes y las que se presentaron en los últimos sorteos y, por otra parte, con las cifras que arrojan los pisos planificados en los planes locales de vivienda.

De las diez ciudades españolas con más población, sólo Zaragoza está en disposición de ir absorbiendo la demanda q...

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Más de 240.000 esperan para tener una vivienda de protección pública, frente a una oferta a medio y largo plazo de casi 120.000. Este cálculo se ha efectuado a partir de los datos suministrados por los ayuntamientos y las comunidades autónomas (salvo Murcia) con las personas que están registradas en sus listas de demandantes y las que se presentaron en los últimos sorteos y, por otra parte, con las cifras que arrojan los pisos planificados en los planes locales de vivienda.

De las diez ciudades españolas con más población, sólo Zaragoza está en disposición de ir absorbiendo la demanda que tiene inscrita en su registro autonómico, el Toc-toc. Ello se debe sobre todo a dos grandes planteamientos: el de los antiguos cuarteles de Valdespartera, con casi 10.000 viviendas de protección pública (VPP) y el desarrollo de Arcosur, con 26.000. "En Zaragoza en particular, y Aragón en general, puede ser que dentro de un tiempo haya hasta sobreoferta de pisos sociales, y ello hará que los promotores no tengan más remedio que meter el stock que tienen sin vender dentro de alguna figura concertada", afirma el directivo de una gran promotora que trabaja en la provincia.

Madrid tiene una lista de espera de 22.000 personas a las que, en principio, debería ir hallando salida. Sin embargo, el registro ha crecido en un año, y sólo están apuntados quienes quieren un piso promovido por el Ayuntamiento. Aparte quedan, pues, los de la Comunidad de Madrid o los de las cooperativas. La cifra de Barcelona, en cambio, es una estimación de la Generalitat. La diferencia entre ambas ciudades es que Madrid aprovecha sobre todo su crecimiento y las reservas de suelo, mientras que Barcelona no tiene demasiado terreno para expandirse. "Debemos aprovechar herramientas como la rehabilitación o las reservas en cualquier transformación urbana", asegura el delegado de Vivienda de la ciudad Antoni Sorolla.

Palma de Mallorca y Bilbao tienen las mismas complicaciones. La primera ciudad no quiere crecer más, sobre todo por la limitación que le imponen los planes territoriales. A pesar de que el último equipo de gobierno de la ciudad se marcó como objetivo promover 2.308 viviendas a través de obra nueva y rehabilitaciones, sólo hizo 127. Para los próximos años, se prevén 711 más. Bilbao no tiene más espacio. Por ello, el Ayuntamiento se centra en incrementar uno de los mayores parques de pisos en alquiler de España.

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