Ramon Besa recibe el Premio Quim Regàs de Periodismo

El redactor jefe de Deportes de EL PAÍS obtiene el galardón por ser heredero del legado del periodista desaparecido

El patio cubierto del Parlament rompió en una larga ovación y Ernest Benach, el presidente de la institución, que debía clausurar el acto, sincero, musitó. "¿Y ahora qué digo yo?". Ramon Besa (Perafita, 1958) acababa de recibir el primer Premio Quim Regàs de Periodismo en memoria de la figura del excelente periodista desaparecido hace dos años, considerado un icono para toda una generación, por la pasión por un oficio que le llevó desde escribir hasta pintar páginas.

El jurado, formado por sus amigos, quiere distinguir a los herederos de su legado. Besa, redactor jefe de Deportes de EL ...

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El patio cubierto del Parlament rompió en una larga ovación y Ernest Benach, el presidente de la institución, que debía clausurar el acto, sincero, musitó. "¿Y ahora qué digo yo?". Ramon Besa (Perafita, 1958) acababa de recibir el primer Premio Quim Regàs de Periodismo en memoria de la figura del excelente periodista desaparecido hace dos años, considerado un icono para toda una generación, por la pasión por un oficio que le llevó desde escribir hasta pintar páginas.

El jurado, formado por sus amigos, quiere distinguir a los herederos de su legado. Besa, redactor jefe de Deportes de EL PAÍS, ha sido el primer elegido.

"Siento una admiración eterna hacia Regàs", confesó Besa

Rodeado de su familia, amigos y compañeros de profesión, Besa recibió el galardón, un cuadro de Perejaume, porque, según Santi Nolla, director de Mundo Deportivo y presidente del jurado, reúne tres de los rasgos de Regàs. "Besa siente la misma pasión por el periodismo, la profesión, el deporte y la vida; tiene una vertiente pedagógica, porque en sus crónicas quiere explicar las cosas para que se entiendan y no todo el mundo lo hace; por un punto de innovación y transgresión".

Tras empezar a trabajar en la prensa escrita en El Nou 9 y luego en Avui, Besa llegó a EL PAÍS en 1986, aunque siempre ha mantenido viva su debilidad por los micrófonos tras su paso por Catalunya Ràdio y Ràdio Barcelona, donde sigue colaborando. Fue premio Ciutat de Barcelona en 2000, pero el de ayer le hacía especial ilusión: por ser la entrega en el Parlament y en memoria de un periodista por el que sentía una gran admiración. En media docena de folios, Besa agradeció que fuera el Parlament el escenario para recibir el premio porque dijo que es de los que cree en los "políticos, la democracia y la palabra" y luego hizo un retrato de Regàs, con quien nunca trabajó pero siempre admiró. "Me fascinaba tanto que ni sabía cómo saludarlo... Cuando lo veía me generaba un complejo de inferioridad terrible o, dicho de otra manera, una admiración eterna desde que lo conocí en una conferencia de prensa: llené tres folios de lo interesante que me pareció; él, 10 líneas y, en el momento de pasar la crónica, aún le sobró una". El discurso siguió con una apabullante y cruel descripción de las redacciones de hoy en día, cada vez más despersonalizadas, amenazadas por los gabinetes de comunicación, por la impertinencia de los ordenadores, con gente esclava de su silencio. "Quim deberá saber que las redacciones de verdad están a menudo en las puertas de los periódicos, en las zonas de fumadores, en los bares de al lado, en la calle, escenarios de tertulias de verdad...". Tras comprometerse a ser respetuoso con el legado romántico y valiente de Regàs, el patio, con unas 200 personas, muchas de ellas periodistas, con la conciencia removida, aplaudió un largo minuto. "¿Y qué digo yo?", se preguntó entonces Benach. "Pues", le dijo a Besa, "tú crees aún en la política y yo en el periodismo y los periodistas".

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