Los socialistas, unidos, aunque incómodos

Será legal, pero resulta éticamente reprobable y causa escándalo en la sociedad. Éste es el sentimiento generalizado que se observa en el Grupo Parlamentario Socialista, al que tampoco es ajeno su dirección, ante el caso de David Taguas, cuyo paso del Gobierno a presidir la asociación que agrupa a las constructoras ha provocado la primera gran incomodidad de los socialistas. El malestar ha sido tan evidente que la dirección del partido y del grupo querían tener la certeza de que la disciplina de voto no se rompería, situación bastante inimaginable en el PSOE de todos los tiempos.

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Será legal, pero resulta éticamente reprobable y causa escándalo en la sociedad. Éste es el sentimiento generalizado que se observa en el Grupo Parlamentario Socialista, al que tampoco es ajeno su dirección, ante el caso de David Taguas, cuyo paso del Gobierno a presidir la asociación que agrupa a las constructoras ha provocado la primera gran incomodidad de los socialistas. El malestar ha sido tan evidente que la dirección del partido y del grupo querían tener la certeza de que la disciplina de voto no se rompería, situación bastante inimaginable en el PSOE de todos los tiempos.

Y no se rompió aunque hubo dos errores en la votación, según proclamaron quienes los cometieron. Uno, el diputado socialista Juan Antonio Barrio de Penagos, que había pedido, como Manuel de la Rocha, el cambio de la Ley de Conflictos de Intereses de 2006. Barrio votó a favor de la moción de ICV. "Ha sido un error, me he equivocado", declaró. "Después de un debate democrático para mí el asunto estaba zanjado y nunca ha estado en cuestión mi disciplina en el voto". Pero la dirección del grupo decidió anoche abrirle un expediente disciplinario. También aseguró que su abstención fue un error el diputado valenciano Ferrán Bono, según explicó a este periódico.

"De la Rocha me ha dicho que en 30 años no ha roto nunca la disciplina de voto y no lo hará jamás", comunicó José Antonio Alonso en la reunión interna del Grupo Socialista previa al pleno para zanjar las dudas. Pero el asunto de fondo es incómodo para todos. Así, Alonso, tras elogiar la ley, situó el problema "en una decisión personal de Taguas al aceptar ese puesto". Pero de cambiar la ley, nada.

Las modificaciones podrían venir, en el futuro, no ahora en caliente, por una regulación más precisa del tránsito de personas de las instituciones públicas a las entidades privadas, como ayer expresó la diputada del PSC Elisenda Malaret.

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