La cerámica histórica, en quiebra

La fábrica que elabora la antigua producción de L'Alcora anuncia el cierre

En el siglo XVIII, el Conde de Aranda abrió una fábrica de cerámica en L'Alcora. Ese fue el origen del eje de la economía de la provincia de Castellón. El sector ha evolucionado mucho, pero L'Alcora todavía guarda aquellos orígenes en La Muy Noble y Artística Cerámica de Alcora, una pequeña fábrica en la que se mantienen procedimientos artesanales.

La fábrica nunca ha sido un gran negocio. Unos "enamorados de la cerámica y de L'Alcora", tal como se describen ellos mismos, pusieron en marcha esta fábrica hace más de 30 años. Pero los pedidos han caído y los propietarios anunciaron esta m...

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En el siglo XVIII, el Conde de Aranda abrió una fábrica de cerámica en L'Alcora. Ese fue el origen del eje de la economía de la provincia de Castellón. El sector ha evolucionado mucho, pero L'Alcora todavía guarda aquellos orígenes en La Muy Noble y Artística Cerámica de Alcora, una pequeña fábrica en la que se mantienen procedimientos artesanales.

La fábrica nunca ha sido un gran negocio. Unos "enamorados de la cerámica y de L'Alcora", tal como se describen ellos mismos, pusieron en marcha esta fábrica hace más de 30 años. Pero los pedidos han caído y los propietarios anunciaron esta misma semana el cierre.

El silencio invade el taller. Además de que el laborioso trabajo lo requiere, los 15 trabajadores han recibido la noticia como un jarro de agua fría. Hacía meses, incluso años, que sabían que las cosas no iban bien. Ahoya ya hay fecha. "En tres días hemos vendido más que en todo el año", admitían ayer con resignación. El anuncio ha movilizado al Ayuntamiento, que mantiene contactos con la Diputación de Castellón y la patronal azulejera, Ascer. Una cooperativa formada por los trabajadores, una fundación o la compra de la misma por parte de alguna gran firma que la incluya como una línea de negocio son algunas de las posibilidades que se barajan.

Mientras, el taller sigue en silencio. La única máquina de la fábrica es el horno eléctrico en el que se cuecen platos, jarras, ceniceros, jarrones e incluso dedales, antes de que "las chicas", tal como se refieren a las trabajadoras que pintan a mano, comiencen su labor con un perfilador porque la delicadeza de los dibujos no permite un pincel grueso. Entre 2 y 40 horas de trabajo. Entre 4 y 760 euros. La Muy Noble tenía un amplio catálogo que, si nada lo remedia, tiene los días contados.

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