Cartas al director

Savater y los toros

No es que esté cojo. Parafraseando, es su manera de ser. Indulgencia para el maestro. Fernando Savater publica un artículo en la sección de La lidia llamando "bronquista y alguacilesco" al público de Las Ventas, aguafiestas al fin. No escribe esta carta a quien correspondería responder (no se llamen a engaño con la firma), pero entre las obligaciones de hijo está la de hacerse presente en contadas ocasiones.

Y ésta es especialmente difícil, porque me he criado en la admiración a Savater, y también a los pechos de uno de esos "broncos alguacilescos". Savater, su forma de ser, bril...

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No es que esté cojo. Parafraseando, es su manera de ser. Indulgencia para el maestro. Fernando Savater publica un artículo en la sección de La lidia llamando "bronquista y alguacilesco" al público de Las Ventas, aguafiestas al fin. No escribe esta carta a quien correspondería responder (no se llamen a engaño con la firma), pero entre las obligaciones de hijo está la de hacerse presente en contadas ocasiones.

Y ésta es especialmente difícil, porque me he criado en la admiración a Savater, y también a los pechos de uno de esos "broncos alguacilescos". Savater, su forma de ser, brillante, hedonista, seguramente riñe con el rigor de la lidia. No hay atajos en ella, de la misma manera que él no aceptaría una victoria sobre el poste en Epsom ante un elenco de percherones de tres patas. ¿Trampa? Torear un toro cojo también lo es. No he visto nada tan bello como a un panzón, cojo y temblón Paula sometiendo a un toro de media tonelada, astifino y malvado. Técnica, ciencia antigua, inspiración y arte.

Bienvenido, vuelva, Fernando, a los toros, tan decadentes últimamente, disfrute de ellos en pureza y plenitud. Y si escribe artículos tan brillantes y deliciosos como el que refiero, vuelva en cualquier caso.

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