Un 'narco' intentó camuflar 1.100 kilos de cocaína tras un concierto de Sabina y Serrat

Diciembre de 2007. Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat cerraban su gira por América Latina con un concierto multitudinario en la Bombonera, el mítico estadio de fútbol del Boca Juniors. Los trabajadores de la empresa encargada de montar el escenario esperaban ansiosos a que terminase el recital para cargar todo el material y ponerlo rumbo a Barcelona, donde aguardaban nuevos conciertos de la pareja de cantautores. Y quisieron llevarse un recuerdo especial de aquella velada bonaerense: no un autógrafo ni una prenda de ropa de los artistas, sino más de una tonelada de cocaína.

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Diciembre de 2007. Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat cerraban su gira por América Latina con un concierto multitudinario en la Bombonera, el mítico estadio de fútbol del Boca Juniors. Los trabajadores de la empresa encargada de montar el escenario esperaban ansiosos a que terminase el recital para cargar todo el material y ponerlo rumbo a Barcelona, donde aguardaban nuevos conciertos de la pareja de cantautores. Y quisieron llevarse un recuerdo especial de aquella velada bonaerense: no un autógrafo ni una prenda de ropa de los artistas, sino más de una tonelada de cocaína.

Finalizado el concierto, la banda retiró las plataformas mediante unos carros metálicos, que trasladaron a un taller. Allí se dedicó a camuflar la droga en la base de los andamios y en las planchas de plástico que utilizaron para cubrir el césped del terreno de juego. El objetivo era introducir la cocaína en España, donde hubiera alcanzado un valor de 60 millones de euros en el mercado negro.

La justicia argentina ya llevaba tiempo tras ellos. En colaboración con la potente agencia antidroga de Estados Unidos, la DEA, la policía constató que la empresa contratada para las instalaciones de los conciertos funcionaba, en realidad, como tapadera de una banda de narcotraficantes internacional que operaba también en Europa.

Detenido en Sant Andreu

Trece miembros de la red, integrada por ciudadanos bolivianos y argentinos -algunos residentes en España-, fueron detenidos. Pero uno de ellos, el que ejercía como su máximo responsable, logró huir e instalarse en España. La Interpol informó acerca del paradero del fugitivo, al que también pretendían echar el guante agentes de Francia y Estados Unidos.

Finalmente, fueron agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) los que el pasado miércoles detuvieron al presunto jefe de la banda en la localidad de Sant Andreu de la Barca. El capo, cuyas iniciales no se han facilitado, es un varón de origen argelino y nacionalizado francés sobre el que pesaba una orden internacional de detención.

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El individuo no opuso resistencia cuando fue capturado por agentes del Grupo Sexto de Estupefacientes de la Policía Judicial. El hombre ha sido entregado a la Audiencia Nacional y ahora está pendiente de ser extraditado a Argentina.

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