Viviendo entre asesinos
Voy a hablar de un genocidio que se está cometiendo desde hace años y parece no importar mucho a la sociedad, demasiado metida en sus asuntos como para pararse a ver el mundo de una forma global. El asesinato de la Tierra.
Día tras día vamos perdiendo pedacitos del precioso planeta donde vivimos, ya sea matando otra ballena, talando otro árbol o echando otra bomba. Y lo peor es que nos hemos acostumbrado a convivir con ello.
Existen ejércitos preparados para destruir países enteros, se deshielan los polos, y ¿qué ha hecho esta sociedad sin escrúpulos de la que formamos parte? Nad...
Voy a hablar de un genocidio que se está cometiendo desde hace años y parece no importar mucho a la sociedad, demasiado metida en sus asuntos como para pararse a ver el mundo de una forma global. El asesinato de la Tierra.
Día tras día vamos perdiendo pedacitos del precioso planeta donde vivimos, ya sea matando otra ballena, talando otro árbol o echando otra bomba. Y lo peor es que nos hemos acostumbrado a convivir con ello.
Existen ejércitos preparados para destruir países enteros, se deshielan los polos, y ¿qué ha hecho esta sociedad sin escrúpulos de la que formamos parte? Nada de nada. Lo ha encajado con una frialdad que refleja el mundo gris y bélico en el que vivimos. Pensamos que ya habrá alguien que ponga fin a esto. Y, en parte, es verdad. Hay organizaciones que intentan parar esta locura. Quizás el ejemplo más extendido sea Greenpeace.
Yo, como ciberactivista de Greenpeace, sé que la organización cuenta con unos dos millones de socios, una cifra que me parece ridícula. Esto representa el 0,2% de la población mundial. El 0,2% de la población mundial enfrentándose a todos los Gobiernos del mundo. Suena a batalla perdida.
Me da miedo que este proceso de degradación lleve a la desaparición de la Tierra tal como la conocemos. Me pregunto cómo las potencias mundiales fabricarán su dinero cuando ya no queden recursos para hacerlo.