La otra cara de la ciencia
El 24 de abril se celebró el Día del Animal de Laboratorio, día en el que recordamos a los millones de animales que cada año son objeto de actos de una crueldad inimaginable en nombre de la experimentación científica y comercial. Muchas de las grandes empresas que se dedican a la distribución de cosméticos, medicamentos y productos de higiene personal o del hogar, apuestan por la experimentación en animales, cuando lo cierto es que existen diversos métodos alternativos más innovadores y eficaces, aprobados por la Comunidad Europea, y que están libres de crueldad.
Lamentablemente, nuestr...
El 24 de abril se celebró el Día del Animal de Laboratorio, día en el que recordamos a los millones de animales que cada año son objeto de actos de una crueldad inimaginable en nombre de la experimentación científica y comercial. Muchas de las grandes empresas que se dedican a la distribución de cosméticos, medicamentos y productos de higiene personal o del hogar, apuestan por la experimentación en animales, cuando lo cierto es que existen diversos métodos alternativos más innovadores y eficaces, aprobados por la Comunidad Europea, y que están libres de crueldad.
Lamentablemente, nuestros políticos no se implican lo suficiente en fomentar estas nuevas técnicas para testar los productos antes de comercializarlos, y no son lo suficientemente valientes para prohibir una práctica de la que todos deberíamos sentirnos avergonzados.
Pero hay pequeñas cosas que los ciudadanos podemos hacer para presionar a las empresas a que inviertan en las nuevas técnicas y dejen atrás el horror de la experimentación animal: busquen el logo del conejo (que indica que no experimentan) en los productos que consumen, o consulten las listas en Internet de las marcas que no experimentan con animales. Es lo mínimo que podemos hacer por ellos, se lo debemos.