Cartas al director

Nuclear no, gracias

La fuga radiactiva en la central nuclear de Ascó ocultada por su dirección pone una vez más en evidencia el riesgo que supone la energía nuclear. Casos como éste tuvimos ya con centrales obsoletas como Zorita o Garoña. Como todo negocio, debido a su elevadísimo coste, a las centrales nucleares se las trata de sacar el máximo beneficio. Los defensores nucleares insisten en que esta energía es segura y limpia, que proporciona independencia energética y que se continua investigando para reducir los riesgos de la radiactividad de los residuos nucleares. Los que pensamos que el futuro de las nuevas...

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La fuga radiactiva en la central nuclear de Ascó ocultada por su dirección pone una vez más en evidencia el riesgo que supone la energía nuclear. Casos como éste tuvimos ya con centrales obsoletas como Zorita o Garoña. Como todo negocio, debido a su elevadísimo coste, a las centrales nucleares se las trata de sacar el máximo beneficio. Los defensores nucleares insisten en que esta energía es segura y limpia, que proporciona independencia energética y que se continua investigando para reducir los riesgos de la radiactividad de los residuos nucleares. Los que pensamos que el futuro de las nuevas generaciones no debe estar hipotecado por la codicia empresarial sabemos que la seguridad no está tan garantizada, como se ha podido demostrar; que emiten CO2 en todo el ciclo nuclear y que tienen un impacto medioambiental elevado en mares y ríos, de los que toman agua para el sistema de refrigeración. Es mentira que proporcionen independencia energética, ya que el uranio es importado, enriquecido en Estados Unidos, y su tecnología, alemana y estadounidense. Los residuos, cuyos efectos duran cientos de miles de años, se entierran en cementerios nucleares, pero ¿quién sabe qué puede pasar en cien años.

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