Reportaje:

De las estanterías a la calle

Librerías, bibliotecas, editoras e instituciones canalizan los actos del Día do Libro

Lecturas públicas, descuentos, bibliotecas móviles, feiras do libro, bookcrossing y una campaña que arranca, Máis libros, máis libres, de la Consellería de Cultura, entre otras iniciativas más o menos visibles, protagonizaron ayer los actos del Día Internacional do Libro en Galicia. El de mayor contenido simbólico fue la presentación en Santiago del libro Ánxel Casal, un editor para un país, coeditado por el Seminario de Estudos Galegos y el Consello da Cultura.

En A Coruña salieron a la calle las bibliotecas municipales. La celebración del ayuntamiento coruñés, que...

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Lecturas públicas, descuentos, bibliotecas móviles, feiras do libro, bookcrossing y una campaña que arranca, Máis libros, máis libres, de la Consellería de Cultura, entre otras iniciativas más o menos visibles, protagonizaron ayer los actos del Día Internacional do Libro en Galicia. El de mayor contenido simbólico fue la presentación en Santiago del libro Ánxel Casal, un editor para un país, coeditado por el Seminario de Estudos Galegos y el Consello da Cultura.

En A Coruña salieron a la calle las bibliotecas municipales. La celebración del ayuntamiento coruñés, que busca acercar los libros a los lugares de paso, empezando por las estaciones de tren y autobuses, se completó liberando libros por toda la ciudad. Al bookcrossing se apuntó también la Universidad de Santiago, que distribuyó tres ejemplares de A Casa da Troya, Os viquingos en Galicia y O dómine indómito entre el Paseo da Ferradura y el Campus Sur. En Lugo, la tradición devolvió a Cervantes a la Praza Maior, donde se volvieron a leer fragmentos de El Quijote.

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Desde Vigo, la editorial Ir Indo aprovechó la efeméride para colgar en la Red su diccionario de gallego. La obra, con más de 65.000 entradas, está en la web www.digalego.com. En su terreno, la bodega Rosalía, de la DO Rías Baixas, interpretó el sentido de las rosas del Sant Jordi con 2.000 botellas de albariño. En librerías de A Coruña, Padrón, Pontevedra, Santiago y Vigo, las compras superiores a 25 euros incluían una botella de regalo. En el área de Ferrol se inauguró la IXX Feira do Libro, y en Ourense, los escritores Xesús Alonso Montero y Fina Casalderrey, encabezados por el presidente del Pen Club, Luis González Tosar, plantaron sus poemas en un finca de cinco hectáreas que Tosar cedió a la Diputación con la condición de que la destine a "fines culturales y medioambientales", informa C. Huete.

El libro también pesó en la agenda política. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y la conselleira de Educación, Laura Sánchez Piñón, se dejaron ver en el Museo Pedagóxico de Galicia, donde participaron en un acto de promoción de la lectura infantil. La campaña Máis libros, máis libres, que se inscribe dentro del Plan de Lectura que presentó en octubre el departamento que dirige Ánxela Bugallo, arrancó también ayer con un fondo de 1,1 millones de euros. La idea es sumar lectores ampliando "las plataformas de transmisión", lo que incluye medios de transporte, centros deportivos y otros lugares de ocio.

Editores y libreros hacen hincapié en la necesidad de repensar cuál debe ser el 23 de abril gallego. Como presidente de la Federación de Libreiros, hace tiempo que Xaime Corral demanda el realce del Día do Libro "a rebufo del Sant Jordi, pero sin comparaciones". "Hay que darle más prestancia porque la festividad ya ahogó el Día das Letras. Por cada libro que se vende el 17 de mayo, se venden hoy [ayer] 30". Una idea, dice Corral, podría ser "que en el Día do Libro 30 o 40 autores gallegos tomasen un café en el Hostal dos Reis Católicos y saliesen después a las casetas del Obradoiro, para conocer a los lectores".

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La profusión de actos conmemorativos es una "muestra de buena voluntad que puede quedar en acto litúrgico si no existe un verdadero compromiso social", en palabras del responsable de la Asociación Galega de Editores, Alfonso García Sanmartín. Acostumbrado a dar cifras por estas fechas, Sanmartín habla de una "relativa bonanza editorial". La facturación aumentó un 21,5% -de 23 millones en 2005 a 27,51 en 2006-. El problema es la dependencia escolar. El 48,5% de la edición en 2006 son libros de texto, y otro 23,9% corresponde a literatura infantil y juvenil. "Hay que diversificar porque el sistema escolar se nos viene abajo", avisa.

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