Arte o negocio: Murakami enciende la polémica

El artista vende bolsos de Vuitton en su última muestra

¿Dónde está el límite entre arte y comercio? Es la inevitable pregunta que con cada vez más frecuencia acosa y desconcierta a los amantes de la cultura al entrar en los museos. Y ya no se trata sólo de la sorpresa ante el protagonismo que tiendas y cafeterías roban a los espacios de exhibición.

Hay muestras en las que el objeto de arte es transformado de forma consciente por el artista en objeto de consumo. Sin vergüenza y con alevosía. Eso es lo que ha hecho el japonés Takashi Murakami, primero en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y, desde el sábado, en el Brooklyn Museum d...

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¿Dónde está el límite entre arte y comercio? Es la inevitable pregunta que con cada vez más frecuencia acosa y desconcierta a los amantes de la cultura al entrar en los museos. Y ya no se trata sólo de la sorpresa ante el protagonismo que tiendas y cafeterías roban a los espacios de exhibición.

"la tienda es el corazón de la exposición", defiende el creador

Hay muestras en las que el objeto de arte es transformado de forma consciente por el artista en objeto de consumo. Sin vergüenza y con alevosía. Eso es lo que ha hecho el japonés Takashi Murakami, primero en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y, desde el sábado, en el Brooklyn Museum de Nueva York: diseñar una serie de bolsos y accesorios para Louis Vuitton y colocarlos en el centro de la mayor retrospectiva dedicada a su obra, que se puede ver en Brooklyn hasta el próximo junio. En 2009 llegará al Guggenheim de Bilbao.

El llamado Andy Warhol japonés, de 46 años, que sin duda ha heredado o aprendido del artista estadounidense la capacidad para transformar todo lo que toca en oro, ha creado una tienda en el centro de la muestra en la que se pueden ver y comprar los diseños realizados para esta firma de lujo.

La idea de unir su nombre al de Louis Vuitton fue del diseñador Marc Jacobs en 2002. Algo así como "hagamos una serie de bolsos alegres para enterrar la tristeza del 11-S", fue la consigna. Con precios que alcanzan los 6.000 dólares, los bolsos ultra-pop del japonés causaron una fuerte polémica cuando se mostraron por primera vez en su retrospectiva en Los Ángeles, entre otras cosas por el descaro de Murakami: "La tienda no es parte de la exposición, es el corazón de la exposición. En ella converge el concepto del readymade. El proyecto Louis Vuitton abre las puertas de un mundo nuevo", defendió el artista entonces frente a los puristas que clamaban que mezclar arte y comercio de esa forma era pecado mortal.

Pero, sin duda, la polémica fue positiva, tanto para Murakami, que ya había colaborado con otros diseñadores, como Issey Miyake, como para la marca: el próximo junio, el Brooklyn Museum será la sede del lanzamiento de una nueva edición de los bolsos, titulada Monogramouflage, y que también se venderán como obras de arte.

Murakami (izquierda) con los también artistas Chiho Aoshima y Mr.AP

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