Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Turquía pierde gas

El país euroasiático crece un 4,5%, el alza más discreta en ocho años

La economía turca creció un 4,5% el año pasado. Cifra que se queda muy por debajo de las previsiones de los analistas y el Ejecutivo y que se produce tras una década de bonanza económica y de ajustes estructurales para dar el salto al club comunitario. La ralentización turca se produce principalmente por el efecto de la ralentización mundial, el aumento en el precio de la energía y un año de sequía que ha afectado principalmente al despegue de la agricultura, un sector que representa un poco más del 11% del PIB total de Turquía.

El país euroasiático ha crecido una media del 7,2% durante...

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La economía turca creció un 4,5% el año pasado. Cifra que se queda muy por debajo de las previsiones de los analistas y el Ejecutivo y que se produce tras una década de bonanza económica y de ajustes estructurales para dar el salto al club comunitario. La ralentización turca se produce principalmente por el efecto de la ralentización mundial, el aumento en el precio de la energía y un año de sequía que ha afectado principalmente al despegue de la agricultura, un sector que representa un poco más del 11% del PIB total de Turquía.

El país euroasiático ha crecido una media del 7,2% durante los últimos cinco años, un periodo que se ha caracterizado por el crecimiento de la industria local, el boom del consumo y el aumento de las inversiones extranjeras, especialmente en sectores como la construcción, los servicios e infraestructuras. Esto ha permitido importantes avances como el crecimiento de la renta per cápita hasta los 5.800 euros actuales, 1.500 euros más que en 2006. Aunque todavía se mantienen importantes desequilibrios en los ingresos, economía sumergida y empleo precario.

Su economía ha crecido una media del 7,2% en el último lustro, gracias al despegue de la industria, el consumo y la inversión extranjera
La desaceleración de la economía mundial, el incremento de precios de la energía y un año de fuerte sequía frenan el crecimiento turco

Reformas estructurales

Este periodo ha sido además aprovechado para realizar reformas estructurales que permitan al país adaptar su economía a la UE. Se han realizado reformas fiscales y de acceso a mercados y se encuentran en proceso de reformas laborales y a la seguridad social. Este último proyecto busca aumentar la edad de jubilación y el tiempo mínimo de cotización para acceder a las pensiones, además de reducir su importe total. El último mes, los principales sindicatos del país han realizado huelgas para protestar por estos proyectos.

El objetivo con este plan no es otro que reducir el peso del estado y racionalizar el gasto público, requisitos imprescindibles para ingresar a la economía de la Unión Europea.

En 2001, el déficit fiscal turco era equivalente al 33% del PIB y estos últimos dos cursos se ha situado por debajo del 2%.

En cuanto a la deuda pública, los avances también son importantes ya que se ha pasado desde el 104% del PIB en 2001 hasta el 69% al cerrar el año 2006. Para ello el Gobierno turco ha disminuido el gasto de las diferentes administraciones estatales, lo que se ha visto reforzado con mayores ingresos por privatizaciones.

Control de la inflación

No obstante, los grandes problemas turcos siguen siendo la inflación y el empleo. La inflación anual del año pasado se redujo respecto al año anterior situándose en el 8,4%. Lejos del objetivo oficial del 7%, pero un avance respecto del 85,6% registrado el año 1997 y del 25% logrado en 2003. Para lograr un mayor control de la inflación, el Banco Central local comenzó en septiembre una escalada de seis alzas consecutivas en la tasa de interés pasando del 17,5% hasta el 15,25% actual, lo que de momento no ha logrado el objetivo de reducir los precios.

En cuanto al empleo, el paro se ha mantenido prácticamente inalterable durante esta década, estancado en tasas que no bajan del 9%. El gran problema es la economía sumergida -que es difícil cuantificar- y la precariedad del empleo en algunas zonas del país. Estos datos, sin embargo, no han evitado el boom del consumo privado que sólo en 2005 creció un 8,8%.

Muchos analistas ven en este indicador la clave para ver la evolución de la economía turca (se elevó un 1,8% en 2007, según la OCDE), que de momento crecería otro 4,5% en 2008, incluyendo el efecto de la desaceleración mundial.

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