Los problemas de la justicia

Jueces, fiscales y abogados apoyan al juez Rafael Tirado

Entre los profesionales de la judicatura en Sevilla abundan estos días dos sensaciones: lo que le ha pasado al juez Rafael Tirado le podía haber ocurrido a cualquiera y, puestos a que le toque a uno, nadie se alegra de que haya sido a él. Consultados una decena de abogados, jueces y fiscales, ninguno escatima elogios para el titular del Juzgado de lo Penal 1 de Sevilla.

"Es un juez magnífico". Lo dice Alfonso Rodríguez, letrado que defendió de oficio en 2002 al presunto asesino de Mari Luz, Santiago del Valle, en el caso de los abusos a su hija. "Es muy mala suerte. Si me dices que le p...

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Entre los profesionales de la judicatura en Sevilla abundan estos días dos sensaciones: lo que le ha pasado al juez Rafael Tirado le podía haber ocurrido a cualquiera y, puestos a que le toque a uno, nadie se alegra de que haya sido a él. Consultados una decena de abogados, jueces y fiscales, ninguno escatima elogios para el titular del Juzgado de lo Penal 1 de Sevilla.

"Es un juez magnífico". Lo dice Alfonso Rodríguez, letrado que defendió de oficio en 2002 al presunto asesino de Mari Luz, Santiago del Valle, en el caso de los abusos a su hija. "Es muy mala suerte. Si me dices que le pasa a otro juez me alegro. A él, no", reconoce Rodríguez, que, como Tirado, se enteró por televisión de la detención de Del Valle. Su reacción también fue parecida a la del juez: "¿Pero este tío no estaba ya en la cárcel?".

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Julio Coca, secretario del Colegio de Abogados de Sevilla, sostiene que las sentencias de Tirado son "motivadas, estudiadas y muy trabajadas". "Otros te despachan en tres líneas. Éste, con un asunto menor, te hace una sentencia de 10 folios". "Sus resoluciones son profundas, valientes, innovadoras", apunta un juez sevillano. "Esto le podía haber pasado a cualquiera. Hay sentencias que yo no controlo", apunta otro magistrado.

Premiado por la Junta

Rafael Tirado nació en Córdoba en 1962, y accedió a la carrera judicial en 1990. Desde su primer destino, en Barbate (Cádiz), donde instruyó parte del caso Juan Guerra, ha tenido que enfrentarse a causas de gran envergadura. En Sevilla ha juzgado, entre otros, el derribo del muro del Bazar España, que causó cinco muertos. Su trayectoria mereció en 2003 el premio Plácido Fernández-Viaga, que otorga la asociación de juristas Derecho y Democracia. En 2004, la Junta de Andalucía le concedió el premio Meridiana por su labor en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres.

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Tirado presidió la Asociación Profesional de la Magistratura en Andalucía, de orientación conservadora, hasta septiembre de 2007. "Pero ideológicamente, en sus planteamientos jurídicos lo considero progresista", asegura el abogado Coca. "No es santo de mi devoción, pero es buen juez", apunta un fiscal. Lo más peyorativo que se escucha de Tirado son referencias a la sanción que le impuso en 1995 el Consejo del Poder Judicial por retrasar más de un mes el examen forense de una niña maltratada por su padre.

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