Explosión en La Verneda

Por una subida del alquiler

Ana Moreno llevaba más de 20 años viviendo en el mismo piso del barrio de La Verneda, que ayer resultó devastado por la explosión. Pero hacía tiempo que no pagaba el alquiler: 93,22 euros al mes. La mujer se había negado a que los propietarios —su hermana María y su cuñado José— le subieran el precio. La disputa llegó a los tribunales. En marzo de 2004, un juzgado dictaminó que la renta debía aumentar hasta los 93,22 euros a partir de mayo.

Moreno inició entonces una cruzada que se ha prolongado hasta hoy. La mujer envió varios giros postales con la cantidad establecida para...

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Ana Moreno llevaba más de 20 años viviendo en el mismo piso del barrio de La Verneda, que ayer resultó devastado por la explosión. Pero hacía tiempo que no pagaba el alquiler: 93,22 euros al mes. La mujer se había negado a que los propietarios —su hermana María y su cuñado José— le subieran el precio. La disputa llegó a los tribunales. En marzo de 2004, un juzgado dictaminó que la renta debía aumentar hasta los 93,22 euros a partir de mayo.

Moreno inició entonces una cruzada que se ha prolongado hasta hoy. La mujer envió varios giros postales con la cantidad establecida para la antigua renta. Los agentes judiciales se presentaron en el domicilio hasta en cuatro ocasiones para entregarle la citación. No la encontraron, y tuvieron que colgar un edicto en la puerta de su casa. De todos modos, Moreno no compareció en el juzgado. La defensa de la acusada apeló a la Audiencia de Barcelona alegando que era "víctima de la violencia de género". El alto tribunal hizo caso omiso y ratificó la sentencia.

La mujer era usuaria de un centro de servicios sociales

Ante lo inminente del desahucio, la mujer recurrió a otros métodos. Hace unos días, envió una carta al director de El Periódico de Catalunya, que fue publicada. En ella asegura estar "desesperada" y ser víctima de "un típico caso de mobbing inmobiliario". "Debí dejar que mi ex me matara a golpes, porque es peor el maltrato de la Administración que el que recibes de puertas para adentro", prosigue la misiva. Y termina: "Que alguien intervenga para que no se produzca esta injusticia". La mujer también llamó por teléfono a TV-3 y a EL PAÍS para exponer su situación.

Moreno era, además, usuaria del centro de servicios sociales de La Verneda. Desde hace un año, sin embargo, las trabajadoras sociales no habían vuelto a abrir el expediente que iniciaron tiempo atrás. La mujer, comentan fuentes municipales, se dirigió al centro en demanda de una ayuda económica.

Los centros sociales tramitan ayudas económicas que en el caso de los adultos suelen ser para el pago del alquiler, por un lado, o para la concesión de la renta mínima de inserción (PIRMI). En el caso del PIRMI, se trata de una pensión —actualmente no llega a 400 euros al mes— que frecuentemente se concede por un espacio corto de tiempo coincidiendo con situaciones de paro laboral del que lo solicita.

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El cuñado de Moreno, José García, aseguró anoche que seguía sin tener noticias de ella. "No sabemos nada de nada", dijo, arrastrando la voz, sobre la supuesta causante de la explosión. García dijo sentirse muy abatido, aunque no hacía falta que lo mencionara: su tono de voz le delataba. "Ha sido un golpe duro. Más por las familias que han caído que...". No terminó la frase, pero pidió "que pasen los días" antes de hacer declaraciones.

Los vecinos consideran a Moreno una mujer "extraña" y "perturbada". "Siempre quería leerme las manos", dijo una de las mujeres afectadas.

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