Crónica:LA CALLE | Restaurantes

Vila Viniteca

Si existe un sabio sobre vinos en este país es Quim Vila. Si existe un santuario vitícola y de otras excelencias en la ciudad de Barcelona es Vila Viniteca. Situado en pleno barrio de la Ribera, en una de esas callejuelas que huelen a posmodernidad y a meada de borracho licántropo, Vila Viniteca es un lugar para ir y perderse durante un buen rato. En los estantes de la tienda dedicada a los líquidos reposan vinos, licores, aguas, espumosos de todo el mundo, un regalo para los ojos y los paladares de los hombres y mujeres, felices ante la posibilidad de recorrer el mundo en más de 80 vinos sin ...

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Si existe un sabio sobre vinos en este país es Quim Vila. Si existe un santuario vitícola y de otras excelencias en la ciudad de Barcelona es Vila Viniteca. Situado en pleno barrio de la Ribera, en una de esas callejuelas que huelen a posmodernidad y a meada de borracho licántropo, Vila Viniteca es un lugar para ir y perderse durante un buen rato. En los estantes de la tienda dedicada a los líquidos reposan vinos, licores, aguas, espumosos de todo el mundo, un regalo para los ojos y los paladares de los hombres y mujeres, felices ante la posibilidad de recorrer el mundo en más de 80 vinos sin necesidad de coger un globo. Luego, si las ganas de probar uno de los caldos coinciden con la sensación de hambruna, pueden dar un salto que no llega ni a record olímpico y entrar en la parte del negocio dedicado a la teca y capitaneada por Eva Vila. Quesos bien afinados, embutidos bien curados, conservas selectas, aceites, sales, especias, la tienda es la suma de mil detalles y del exigente gusto de la familia Vila. Entre los quesos expuestos en batería, me emocionó encontrar un Saint Nectaire. No sé si es el mejor o el peor de los quesos, la oferta es magna, magnífica, pero el Saint Nectaire forma parte de mi memoria sentimental y tenerlo a unos centímetros de mi hocico me permitió volver a la ciudad de Clermont-Ferrand de 1978, justo cuando acababa de morir Brel y Maude se había ido la noche anterior.

La zona de la teca también es un espectáculo que emocionaría al mismísimo Marco Gavio Apicio con un aliciente añadido: esas cinco mesas de la zona baja de la tienda en las que el cliente puede comer aquello que la brújula golosa le indique. Norte, sur, este, oeste, el disfrute no entiende de fronteras, y puedo jurar y perjurar que el lomo embuchado Joselito acompañado de un Viñas Viejas, o el Shropshire Blue, un queso de ocho meses de curación, servido con una copa de Tokai merecen perdurar en el recuerdo.

- Lo más: déjense llevar por los Vila y disfruten.

- Lo menos: pocas mesas.

- Dirección: Vila Viniteca. Carrer de Agullers, 9. Teléfono 93 310 19 96.

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